VULNERABILIDAD E IMPACTO PSICOSOCIAL
Consecuencias de la migración
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Por: Dra. María Elena Moreira
Funcionaria de la Dirección de Derechos Humanos
del Ministerio de Relaciones Exteriores del Ecuador.
http://www.humanrightsmoreira.com/

P ARA ABORAR LA TEMÁTICA del impacto psicosocial, causada por la migración, es necesario referirnos al fenómeno migratorio como el desplazamiento geográfico de un lugar a otro de personas, generalmente por causas económicas o sociales. La migración puede darse en el interior del país o territorio y se denomina migración interna; o, al exterior de un país o territorio y se denomina migración externa.

En los últimos años la salida de ecuatorianos se ha incrementado, en particular hacia los Estados Unidos , y con mayor intensidad hacia Europa, principalmente a España, Gran Bretaña e Italia.

Si bien la mayoría de los flujos migratorios son producto de la pobreza en los países de origen, la migración tiene otros factores relacionados con las condiciones culturales y políticas de los países en desarrollo, que provocan la expulsión de personas a diversos destinos.

Más de dos millones de ecuatorianos que han salido del país tienen el derecho a mantener vínculos espirituales con su nación y raíces familiares, como a disfrutar de la protección de los derechos garantizados por la Constitución Política de la República y por los instrumentos internacionales ratificados por el Ecuador.
La Constitución Política de la República, establece que el más alto deber del Estado consiste en respetar y hacer respetar los derechos humanos, tales como: reconocer y proteger a la familia como célula fundamental de la sociedad, garantizar las condiciones que favorezcan integralmente a la consecución de sus fines y, en particular promover el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes y otros grupos vulnerables, entre ellos los migrantes y sus familiares.

Los envíos monetarios consignados a sus familiares por los emigrantes son la mayor fuente de divisas del Ecuador, luego de las ventas de petróleo al exterior, superando también los ingresos percibidos por las exportaciones de banano, cacao, café, camarón, flores y atún, tomadas en conjunto.

La vulnerabilidad de los ciudadanos ecuatorianos que emigran hacia el exterior y de sus familiares que quedan en las comunidades de origen, debe ser una preocupación constante y su disminución y erradicación tienen que estar sujetas a medidas urgentes y prioritarias de la agenda pública del Estado ecuatoriano, con el apoyo de toda la colectividad.

Más allá de las cifras sobre este fenómeno, la migración en sí misma no es nociva; sin embargo, si no se la realiza de manera planificada, ordenada y por la vía legal, puede causar daños irreparables al tejido social del país de origen, como la desintegración familiar, que conlleva a serios problemas psicológicos a los niños y adolescentes y que se traduce en bajo rendimiento escolar, alcoholismo, drogadicción, pandillerismo, intentos de suicidio, entre otras patologías sociales.
En el tema del éxodo de los ecuatorianos hacia otros países, es necesario tener presente las salidas de forma irregular, ayudadas por coyotes, como también el drama que enfrentan los familiares que se quedan con las deudas, pagando altos intereses a los usureros o chulqueros, firmando letras de cambio en blanco, hipotecando y hasta entregando bienes inmuebles, dando margen a todo tipo de extorsiones; todo esto a cambio de las promesas para ser trasladados a los países de destino.

Alcance de la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y sus Familiares

El Ecuador ratificó en enero de 2002 la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y sus Familiares, adoptada en el seno de las Naciones Unidas en 1990.

Este es un paso fundamental para proteger a los ecuatorianos migrantes, ya que es aplicable durante todo el proceso de migración, esto es, desde la preparación para la migración, la partida, el tránsito y todo el período de estancia y de ejercicio de una actividad remunerada en el estado receptor, así como la inserción laboral, social, educativa y cultural de los migrantes y su retorno a los países de origen, así como las medidas administrativas para enfrentar las consecuencias
Psico-sociales de la migración en las comunidades de origen, como la desintegración familiar, la deserción escolar y el abuso sexual de niños, niñas y adolescentes.

La desintegraión familiar como consecuencia de la migración

La familia constituye la célula fundamental de la sociedad. Sin embargo, son diversos los factores que atentan a los cimientos de esta institución, una de ellas es precisamente la migración, que como lo hemos dicho anteriormente, se ha incrementado sustantivamente en las últimas décadas, lo que ha significado serios estragos al tejido social, sobre todo por el abandono del país de miles de hombres y mujeres que dejan, no sólo el país sino también su ciudad, su barrio, su comunidad, su familia, y es precisamente esta última la que sufre las mayores secuelas de la migración.

En el Seminario sobre el impacto psicosocial de la emigración en las familias que permanecen en sus comunidades de origen, que se llevó a cabo en la ciudad de Azogues, en julio del 2001, en el cual estuvo presente la Dra. Gabriela Rodríguez, Relatora de Naciones Unidas para los derechos humanos de los migrantes, se manifestó que de conformidad con las encuestas realizadas, de 400 entrevistados, 30% ha viajado a Estados Unidos y Europa, y de estas personas, la mayoría tienen problemas de familias desestructuradas. El 60% de padres de niños de escuelas fiscales han salido del país; el 28% de los jóvenes están abandonados por uno de sus padres y el 20% están abandonados por ambos padres.

De acuerdo al Padre Fernando Vega, de la Pastoral Social del Azuay, «el sufrimiento producido por la migración se produce por el abandono y la pérdida, los niños muchas veces no entienden porque sus padres se han ido y empiezan a sentir odio hacia ellos. A veces el dinero enviado por los padres logra sustituir un poco de amor, pero la mayoría de esos chicos están en desamparo».

La mujer cuando se queda sola, debido a que su esposo ha emigrado, suele estar afectada por el acoso sexual, doble rol de jefa de hogar, baja autoestima, depresión, abusos familiares por los recursos económicos, intervención familiar, estigmatización social, pérdida de bienes, miedo al contagio del SIDA, deseo de migrar para recuperar al esposo.

El varón que se queda sólo con los hijos porque su esposa ha emigrado, también es afectado por: doble rol, tendencia al alcoholismo, depresión, maltrato a niños/as y adolescentes, abandono a hijos/as, sentimiento de culpa, se siente mantenido, baja autoestima, sufre estigmatización, busca compañía,aprovechamiento de los recursos económicos, angustia, inseguridad.

Los niños, niñas y adolescentes se enfrentan a: sentimiento de abandono, rebeldía, depresión, agresividad, inseguridad, incertidumbre, apatía hacia la escuela, pocas relaciones interpersonales, ausencia de valores, deserción escolar, bajo rendimiento escolar, baja autoestima, pérdida de identidad, abuso sexual, estigmatización, no visión de futuro, tendencias de suicidio, precocidad, trastornos en el aprendizaje, son manipulados por sus padres, pérdida de valores culturales.

Como se puede ver, la situación de las familias que quedan en las comunidades de origen es altamente preocupante y genera una desintegración familiar que no ha tenido precedentes en el país.

Procuraré esbozar algunas medidas urgentes que el Estado, con el apoyo de la Sociedad Civil debería ejecutar para disminuir las consecuencias nocivas de la migración en el ámbito familiar:

Promover programas de atención psicosocial a las familias de migrantes, particularmente a favor de mujeres, niños, niñas, adolescentes y personas de la tercera edad, que mejoren los problemas psicológicos y de maltrato que enfrentan estos sectores, coordinados entre las instituciones estatales vinculadas con el tema del maltrato y las organizaciones de la sociedad civil.

Impulsar la creación de microempresas en las comunidades de origen, con el financiamiento de entidades como el Banco Nacional de Fomento, a fin de deselentar la migración y generar fuentes de trabajo.

Asesorar a los familiares en la comunidades de origen, en la adecuada administración de las remesas que envían los migrantes desde el exterior, con el propósito de que ejecuten inversiones productivas y posibilitar de esta manera el retorno de los migrantes y por ende, la reagrupación familiar.

Iniciar una estrategia prioritaria a favor de la educación y la sensibilización en derechos humanos de las comunidades de origen. Esta concientización debe estar dirigida a fomentar la migración regular, destacando las ventajas para el migrante y su familia de salir del país en condiciones propicias y transparentes y enfatizando los graves riesgos, sobre todo las consecuencias psicológicas, sociales y familiares que entrañan para su dignidad humana y para la estabilidad de su familia y de su comunidad la salida irregular del país de origen.

La Defensoría del Pueblo y los gobiernos locales y juntas parroquiales pueden tener un papel importante en el ámbito educativo, en coordinación con las autoridades educativas, para difundir los derechos humanos en las comunidades de origen de migrantes.

Otras medidas:

La reunificación familiar, a mi modo de ver, constituye la solución más óptima para erradicar la desintegración familiar.

Sin embargo, esta medida enfrenta obstáculos debido a las limitaciones de las legislaciones de los países receptores. Por ejemplo, en la Ley de Extranjería de España se advierte algunas limitaciones a la reagrupación familiar, ya que solamente los extranjeros residentes tienen derecho a la vida en familia y a la intimidad familiar, a la seguridad social y a la reunificación familiar.

Esta limitación a la reagrupación familiar se incorpora para evitar las «reagrupaciones en cadena», aunque se mantienen excepciones a los cónyuges en caso de violencia doméstica.

Esta disposición viola también los principios de la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Convención de los Trabajadores Migratorios y sus Familiares.

Conclusiones

La situación de las familias que quedan en las comunidades de origen es altamente preocupante y genera una desintegración familiar que no ha tenido precedentes en el país.

1 Si bien se ha discutido bastante el fenómeno de la desintegración familiar como consecuencia de la migración, no se ha establecido con claridad que aquélla es consecuencia de la migración irregular, casi exclusivamente, más que de la regular, ya que esta última, en algunos casos, como ya vimos, establece el derecho a la reunificación familiar, como solución adecuada e inmediata del fenómeno.

2 El Estado debe realizar acciones inmediatas a favor de las comunidades de origen que son las directamente afectadas por la migración irregular. Estas medidas, sin embargo, serán paliativas mientras no se erradique la pobreza, la falta de trabajo y la inequidad social que obligan a los ciudadanos a emigrar hacia otros destinos. En ese sentido, el fomento de una economía productiva en las comunidades de origen alentará el retorno de los migrantes y el encuentro con sus familias.

3 El Estado y la comunidad en general deberán promover la migración regular como la mejor vía para evitar la desintegración y el abandono familiar y para lograr mejores condiciones económicas. El papel de la educación a las comunidades es impostergable.


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