Ciber-bullying o Ciberacoso

Autor: Dr. Faustino Gudín

Derechos de los Cibernautas

Los
incesantes avances tecnológicos producen una inacabable metamorfosis, casi
latente, sobre la sociedad a la que constantemente modula y perfila en sus
gustos y opciones. Actualmente, nos hallamos ante un mundo global que ya no
puede ser interpretado sin acudir a otro universo complementario que es el
ciberespacio(1). Bajo este concepto se bosqueja una nueva frontera,
un nuevo territorio que trata de cobijar todas las informaciones,
comunicaciones e ideas. Los acontecimientos que tienen lugar en Internet no
están ocurriendo en los países donde los participantes o los servidores se
encuentran físicamente, sino en un espacio virtual donde se proyecta su
verdadero sentido(2).

Es frecuente
oír hablar de los derechos de los cibernautas pero, a menudo, se olvida que las
personas físicas también merecen un halo de protección frente a las actividades
del ciberespacio que, hoy en día, ya no es un ente de futuro necesitado de
protección sino una realidad cuasi omnipotente enteramente consolidada bajo
cuya mera sombra se ha empequeñecido la figura del ciudadano común convertido
en homo digitalis dependiente de sus servicios. Como toda información,
Internet es, a la par, un poder(3) que puede ser instrumentalizado
tanto para fines loables como nocivos, dependiendo de la ética y rectitud de
las personas que utilizan el sistema telemático.

El ámbito
virtual en el que se desenvuelve Internet es el ciberespacio, una realidad
polifacética, una de cuyas caras más representativas viene constituida por las
modernas redes sociales; en esencia, no se han creado nuevos delitos
heterogéneos a Internet pero sí se han convertido en una plataforma para
sobredimensionar la intensidad e impacto de algunos de los delitos ya
existentes, generando una aureola infamante sobre determinadas personas en lo
referente a privacidad y a la convivencia. Nos incitan, en ocasiones de forma
poco recomendable o transparente, a compartir. Es necesario diferenciar el problema
entre adultos formados que aceptan franquear ámbitos reservados de su intimidad
y los menores que no se encuentran suficientemente formados. En cualquier caso,
sería necesaria una labor educativa de las autoridades para aquellos menores
que aceptan mostrarse grotescamente o exhibir sus desnudeces en un medio
telemático pudieran vislumbrar adecuadamente las consecuencias; no hemos de
olvidar cualquier información que se aporta al sistema de Internet es
susceptible de ser recabada en memorias digitalizadas particulares, por lo que
establecer cortafuegos de duración ilimitada no deja de ser una actividad
ilusoria o quimérica.

Vivimos en
una sociedad virtual(4) o transparente(5)donde los hechos
tienden a ser solapados por las vacuas impresiones y en los que un aspecto
visionado de la realidad tiende a sustituir a la propia realidad tangente(6).
Por eso, es habitual que una persona utilice Internet para dar una imagen
distorsionada de otro que normalmente no alcanza a defenderse. Aprovechando el
alcance de Internet el mobber trata de recopilar un cúmulo de
sensaciones negativas contra él haciéndo parecer a su víctima como un ser
mezquino apto para recibir violencia o cualquier tipo de odio(7). Si
los mass media poseen un poder de manipular la realidad sobre el
conjunto de la población, Internet ha heredado ese mismo poder informativo pero
lo ha atomizado y focalizado a múltiples agentes que son, salvo el número IP,
muy difíciles de ser controlados. La gente que observa una página web y que ve
repetida una noticia tiende a configurar aquello que se le remacha
constantemente como un dato irrefutable.

Internet: Medio para prácticas fraudulentas

Para
determinadas prácticas fraudulentas el uso de Internet como instrumento
delictivo es impagable, pues de cara a sus propósitos difamadores o
denigradores de determinadas personas o colectivos potencia hasta extremos
inimaginables(8) la intensidad y el alcance de su labor maledicente.
Así, utilizando un cibercafé o una red pública (de una biblioteca, oficina,
etc.) el IP(9)se convierte en un dato circunstancial y las
posibilidades de actuación alevosa e irresponsable son amplísimas. De otro
lado, el internauta que se esconde bajo un nick o apodo telemático puede
desplegar impunemente todas sus potencialidades retorcidas amparadas bajo el
título de «sana crítica», donde numerosos blogs de opinión acaban
convirtiéndose en algo parecido a una competición de vilipendios de tal guisa
que se asemeja a un ignominioso juicio público paralelo donde sin ninguna
garantía para el afectado el oprobio continuo se convierte en una rutina.

La
impersonalidad y el anonimato que comporta Internet provoca en personas asociales,
resentidas o cargadas de prejuicios una inacabable incitación a expresar ideas
agresivas que quizás jamás se atrevería a utilizar en una intercomunicación
directa, por lo tanto bajo el amparo de una falsa atmósfera de compañerismo,
libertad y camaradería se realizan los más draconianos y severos juicios
huérfanos de toda posibilidad de defensa. Estos comentarios abruptos comportan
un cierto descrédito general a las sanas opiniones en Internet sobre todo en
los foros de opinión, que carecen de moderador o una mínima seriedad en su
gestión. Y el halo triste es que comentarios ponderados y reflexivos se ven
desacreditados por opiniones basadas en la nuda e injuriante brutalidad verbal.
Mas, incluso este último punto, debe ser ponderadamente relativizado, pues en
los foros cerrados de nuevos o antiguos compañeros, de asociaciones de vecinos,
de entusiastas de determinados grupos musicales o cantantes, de aficionados a
determinados eventos deportivos, incluso científicos o culturales, y sobre todo
de redes sociales bajo un manto de un legítimo ius criticandi, más o
menos encubierto, se inoculan ideas que no son más que descalificaciones
personales basadas en estereotipos denigrantes (se echa en cara deformidades
físicas o el mero aspecto, la religión, la etnia o la raza, el modo de vestir,
etc.), que son vistos por el mobber o acosador como fáciles puntos
débiles y explotados hasta la extenuación. Por ejemplo, es sencillo generar en
una adolescente con sobrepeso o sin él una tendencia a la anorexia o la bulimia,
y todo ello soltando continuos comentarios jocosos de la persona afectada en
este sentido. Quizás el problema más grande es que la mentira repetida con
frenetismo no encuentra contradicción y tiende a ser aceptada sin más. Además,
al amparo de la crítica singular se difuminan y consolidan absurdos clichés o
estereotipos en el conjunto social sobre determinados colectivos
(caracterizados por ejemplo por pertenecer a determinadas etnias o por
aparentar determinados defectos en su fenotipo o características externas).

Internet en el ámbito comunicacional

No obstante,
el efecto positivo que ha tenido Internet en el área de la comunicación parece
difícilmente cuantificable. La opinión pública libre es la base de cualquier
sistema democrático. Así, Jefferson sostenía que prefería «periódicos sin
gobierno que gobierno sin periódicos», incidiendo en la importancia que daba a
la existencia de la opinión pública que se informaba detrás del medio, en la
capacidad que tenía el medio para suscitar el debate, la discusión y el
diálogo. Con una voluntad pública culta y bien formada las posibilidades de
manipulación gubernativa aparecen como más alejadas. Internet es un nuevo marco
de diálogo que ha facilitado «conversación pública» a niveles insólitos, por lo
cual su rol democrático no debería ser ninguneado.

Con todo, el
viejo sueño romántico del considerado «padre fundador» de la web, Tim
Berners-Lee, de crear un espacio de libertad, abierto y colaborativo puede
degenerar en una pesadilla, si no se adoptan unas garantías, pues cabe que se
corrompa en un espacio permeable al odio, la degradación, la libre difamación y
la malquerencia donde se muestra el lado más oscuro que subyace en todo ser
humano. Lejos de convertirse en un inmaculado foro de diálogo abierto, conocimiento
e intercomunicación se puede metamorfosear en un vehículo adecuado para la
transmisión de rencor, incitación a la violencia, expresión de melifluos
sofismas contra determinados grupos minoritarios y donde paradójicamente las
ideas más intolerantes y sectarias (al abrigo de la hermosa palabra libertad)
se catalizan y hacen fuertes.

Observando
la anarquía del ágora ateniense, Pericles(10)sostuvo «Siempre sois
iguales: cada uno de vosotros, individualmente, obra con la astucia de una
zorra. Pero colectivamente sois una bandada de gansos». La frase histórica nos
recuerda cómo ya en el primer foro de opinión de la historia, cuando se dejaba
opinar sin un moderador que tenga poder para establecer un orden, la
conversación degeneraba en una competición de quién habla más alto y con más
vehemencia o dureza prescindiendo de todo contenido lógico. Algo así ocurre en
Internet, el último foro de la historia.

Uso Desmesurado de espacio virtual: Riesgo inminente
para los derechos fundamentales

En
consecuencia, el jurista, prescindiendo de un posicionamiento acrítico
(presuntamente liberal) acerca del funcionamiento anómico del ciberespacio,
debe evaluar los riesgos para los derechos fundamentales que comportan una
utilización abusiva del espacio virtual(11). Junto a notorios
beneficios reales amenazas que sólo adoptando una actitud incauta pueden ser
ignorados. En el fondo el debate es paralelo al que existe en la vida real
sobre si es mejor un mundo regido por la anarquía o gobernado por el Derecho.
Siempre que se aborda un nuevo mundo, como sucedió con el continente americano,
existe una etapa romántica donde el hombre trata de crear un mundo paralelo que
comporte sus virtudes pero no sus defectos, pero las tendencias connaturales
del hombre ?la violencia, la mentira y el egoísmo? le acompañarán siempre
porque son parte más de su propia esencia humana, se desenvuelva donde se
desenvuelva.

Sin embargo,
pese a la innegable existencia de estas conductas más o menos aisladas, no se
debe criminalizar o desprestigiar a todo el sistema Internet o a las redes
sociales en su conjunto, pues comportan un elemento dinamizador de la libertad
de expresión(12); un vehículo valioso de transmisión de ideas y
pensamientos altamente positivo para una sociedad abierta y dinámica. Cual
rostro de Jano, cualquier fenómeno positivo comporta también elementos
negativos, más cuando los peligros aparecen, siempre tienden a cercar en un
primer plano a las personas más vulnerables, como es el caso de los
adolescentes.

Influencia de las Redes Sociales

Dentro de
estos potenciales inconvenientes, las redes sociales presentan dos obstáculos o
handicaps difíciles de contener: su gran capacidad de difusión de los
mensajes, y la ausencia de modulación, que sí está presente en las relaciones cara
a cara y que reduce la agresividad mediante un factor emocional. Existe una
marcada tendencia al lucimiento y muchas veces, aun a costa de denigrar a los
demás, se advierte una predisposición dentro de las redes sociales en orden a
fomentar la competencia. De otro lado, los sentimientos más primitivos,
huérfanos de toda reflexión, lejos de ser entendidos como algo denigrante son
valorados como las operaciones más sólidas, pareciendo que el que sostiene la
tesis más exaltada e intransigente es aquél que se halla cargado de razón,
degenerando en un continuo círculo vicioso. Se marcan maniqueístas líneas de
pensamiento, donde no se admiten excepciones que son contempladas como una
especie de debilidad. Se crea un escenario donde se critica sistemática e inopinadamente
a todos los miembros de un grupo técnico subcultura o tendencia ideológica, con
el fin del logro de más adeptos. En los blogs periodísticos, la
necesaria figura del moderador (en determinados foros implantados para evitar
querellas por responsabilidades civiles subsidiarias) son miradas con un halo
de recelo y desconfianza, muchas veces totalmente motivada porque son por lo
común becarios desganados que se mueven con una completa irracionalidad y
displicencia. Pero en los foros de opinión de las redes sociales esta figura es
prácticamente inexistente y ello reconduce en una mayor dureza e
irresponsabilidad en los comentarios. Los sofismas, las mentiras y los más
burdos absurdos silogismos mentales encuentran eco en los foros, el problema
surge en que en algunos casos estos mensajes cargados de odio recaen sobre
sujetos histriónicos o pasionales.

Trastornos de personalidad detrás de las Redes
Sociales

Desde
ciertos grupos sociales, existe un planteamiento idealista, de tipo
rousseauniano, que entiende que el ser humano tiende naturalmente al bien y que
las barreras sociales son nocivas, pues el corazón humano individual es puro
(mito del buen salvaje)(13) y no hay necesidad de frenos pues el
hombre tiende naturalmente al bien, a lo correcto. Siguiendo este hilo de
planteamiento nadie debería poner cotos o trabas a Internet como espacio de
libertad. Junto a este planteamiento utópico y simplista que demanda para
Internet una sana anarquía huérfana de regulaciones, pautas o reglas, la
realidad científica advierte que cuando menos un grupo de personas
estadísticamente nada desdeñable presenta rasgos anómalos en su personalidad
tales como sociópatas o los denominados ?quizás demasiado gráficamente?
«vampiros emocionales»(14), o más científicamente podemos enunciar a
determinados individuos con trastornos histriónicos de personalidad(15),
narcisistas, con trastornos obsesivos compulsivos, etc.), a los que cabe añadir
personas con patologías mentales desatadas como la paranoia o la pedofilia. En
estas personas, el uso de Internet como instrumento para destapar sus
tendencias naturales de conducta puede tener unos efectos perversos, ya que
fomentan y desencadenan y agudizan conflictos internos, y quizá con el contacto
personal estos defectos podían ser detectados, e incluso algunas veces lo son,
más basta que cambien de identidad o de nick para que vuelvan reforzados
a las primitivas andadas. No se trataría pues de un simple juicio ético que nos
indicaría que Internet puede ser manipulado por malvados para perversos fines,
es que incluso personas que creen actuar rectamente son presa de una serie de
patologías de comportamiento que intentan inocular a los demás. La postura
pasiva que proclama la inmunidad de Internet frente al Derecho puede propiciar
la marginación y el oprobio para individuo y colectivos relegándolos al
oprobio, la estigmatización y el oprobio colectivo. El uso de la propaganda
nazi por Joseph Goebbels contra el colectivo judío en el siglo xx debería
hacernos recapitular sobre lo peligroso que puede ser ignorar o ningunear
determinadas potencialidades negativas que cobija la esencia del ser humano.

El contraste
con esta realidad patente convierte, a nuestro juicio, en vacuo el debate sobre
si Internet debe ser sometido a mecanismos autorreguladores de control, parece
obvio que deben existir al igual que lo hay en el uso de las autistas, de los
aeropuertos, de la radiodifusión; el problema se halla en el cómo y en el quantum
de intensidad que debemos imponer, para no instituir una reprobable censura.
Tampoco se puede desconocer que una actitud correctora comporta una cierta
pérdida de corolarios fundamentales de privacidad y, en muchos casos, de
conflictos.

(1) El término «ciberespacio»
proviene de la novela de William Gibson Neuromante. Vid. Gibson,
William, Neuromante (trad. Arconada, José), Planeta, Barcelona, 1996. Neuromante
es la primera novela de una trilogía compuesta, además, por Count Zero
(1986) y Mona Lisa Overdrived (1988). Si bien comparten el mismo
universo y algunos personajes, no tienen mucho que ver entre sí. El título
original proviene del vocablo inglés «neuromancer» y surge de la composición de
los términos; «neuro» (mental) y «mante» (sujeto o actor de «mancia», que
significa adivinación y por extensión magia (ej.: nigromante, quiromante). Así
tenemos «neuromante» como traducción directa de neuromancer. El
ciberespacio de Gibson es un campo de aventuras para vaqueros cibernéticos. Se
trata de hackers que consiguen información ilegal en la red por encargo de
grandes consorcios y con tal fin se trasladan a Matrix.

(2) En
este Ortega Giménez afirma que «el hecho de que Internet o, si se
quiere, el «Ciberespacio» ignora las fronteras, pues todas las
relaciones privadas, con Internet, son transfronterizas, esto es
potencialmente internacionales; segundo, Internet quiere que la
información que pone a disposición de sus usuarios sea libre; tercero, Internet
a pesar de haberse convertido en un fenómeno sin precedentes, no debemos
olvidar que, en la práctica, no es más que un medio tecnológico; y, … cuarto,
Internet, desde sus inicios, ha realizado un importante esfuerzo por ser
resistente a la regulación de los Estados». En «La Regulación de Internet»
[Ortega Giménez, alfonso, Revista de Derecho Informático Alfa-Redi, núm.
061, agosto del 2003, <http://www.alfa-redi.org/enlinea.shtml>].

(3) Como
afirma Foucault bajo la palabra control se esconden transcendentes conceptos
como «poder», «conocimiento», «normalización» y «disciplina», términos que
deben ser objeto de análisis. (Foucault, Michele, «On Atica», Telos,
núm. 19, 1974, pp. 154-161). Tan íntimamente están intrincadas estas dos
realidades que para el autor francés la relación entre ambas es tautológica.

(4) Toda
organización humana comporta una acción estratégica mental proyectiva, la cual
se sustenta sobre un determinado sistema de ideas encaminado no sólo para
justificarse y legitimarse, sino también para otorgarle un sentido. Cuanto más
compleja sea la organización de la sociedad más alto será su grado de
simbolismo e inmaterialidad. Los ciudadanos ven como tangibles a través de los
símbolos cuestiones que no dejan de ser ideas, un conjunto articulado de
representaciones que se presentan en el imaginario en la doble dimensión
espacio-temporal. El proyecto supone la diferenciación entre espacio per se y
espacio producido (vid. Soja, Edward W., Postmodern geographies. The
reassertion of space in critical social theory
, Verso Press, Londres,
1989), así como entre durée y tiempo producido. El espacio producido es
un espacio geopolíticamente dispuesto (cfr. Foucault, Michel, Arqueología
del saber
, Siglo xxi, México, 1991), mientras que el tiempo producido es un
tiempo históricamente determinado (vid. Vattimo, Gianni, Ética de la
interpretación,
Paidós, Buenos Aires, 1992). De manera que el
proyecto contiene la imagen de un «lugar-en-el-futuro» que justifica los
procesos que desencadena la acción estratégica y que se recrea incesantemente
en las representaciones imaginarias sociales.

(5) Para
Vattimo la sociedad en la que vivimos es consecuencia de una noción ficticia de
la realidad que se deriva del resultado de estos incontables
«entrecruzamientos» de informaciones más o menos manipuladas, de una
contaminación de múltiples imágenes, interpretaciones y reconstrucciones que
compiten entre sí, o que, de cualquier manera sin coordinación «central»
alguna, distribuyen los media. (Vid. Vattimo, Gianni, La sociedad
transparente.
Paidós, Barcelona, 1992,p. 81). Por eso el ciudadano medio
percibe como cierto y seguro aquello que se le ofrece como tal con el claro
riesgo de dar por seguro algo que puede ser una visión más sesgada de la
realidad. (Baste recordar la conocida experiencia de Orson Welles en su
narración radiofónica en la CBS del episodio de The War of the Worlds el
30 de octubre de 1938 para percatarse la capacidad de manipulación que pueden
tener los mass media sobre el conjunto de la población).

(6) Vid.
Bandura, Albert, Teoría del Aprendizaje Social, Espasa-Calpe, Madrid,
1987, pp. 219-220. En este sentido, Bandura nos recuerda que la televisión es
un buen ejemplo de esta situación, en la que el aprendizaje a partir de
imágenes presentadas forma en la gente impresiones sociales con las que tiene
poco o ningún contacto. En este sentido, advierte: «Dado que el mundo de la
televisión está lleno de personas indeseables y sin escrúpulos, la televisión
puede distorsionar el conocimiento del mundo real».

(7) La
STS 372/2011 (2.ª), de 10 de mayo (Monterde Ferrer) sobre el grupo juvenil
«Blood & Honour España» dedicada a la promoción y difusión de la ideología
«skinhead» nacionalsocialista. En análogo sentido recientemente la STS (2.ª) de
7 de febrero de 2012 (Jiménez García) confirmó la sentencia 2009 de la SAP de
Madrid (Sec. 7.ª), de 16 de julio de 2009 que decretaba disolución del grupo
juvenil neonazi «Hammerskin-España», al considerar que su fin era extender el
odio y la violencia racista, y ha ratificado las condenas de un año y medio y
dos años y medio de cárcel impuestas a quince de sus miembros. La sentencia
ratificó la disolución de este grupo neonazi, y ordenó el cese de todas sus actividades
al estimar que había incurrido en un delito de asociación ilícita, ya que su
finalidad era propagar el odio y la violencia xenófoba. El TS, al rechazar el
recurso de los condenados, señaló que «es tan patente el discurso del odio que
predica Hammerskin-España que incluso el término «odio» aparece
proclamado escrito en los nudillos de la mano de uno de los recurrentes».

(8) Como
infraestructura de comunicación, Internet se nos presenta como una «red de
redes», una red gigantesca que interconexiona innumerables grupos de
ordenadores, miles de redes que conectan entre sí a millones de personas
anónimas, sin importar el tiempo ni la distancia. El resultado es una red
global, masiva y omnipresente, un sistema de comunicación internacional y
descentralizado. (Vid. Negroponte, Nicholas, El mundo digital,
Ediciones B, Barcelona, 1999, p. 215).

(9) El
IP es la señal identificativa de un ordenador personal en relación a Internet,
lógicamente cuando se actúa desde ordenadores familiares es un punto de referencia
básico. Una dirección IP puede señalar a un router a través del cual
pueden salir a Internet diversos ordenadores conectados en red, en lo que es
conocido como una LAN (Local Area Network). Así, el apartado III de la
Exposición de Motivos de la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la
Sociedad de la Información y el Comercio Electrónico (LSSICE) impone a los
prestadores de servicios (ISPs) el «deber de colaboración para impedir que
determinados servicios o contenidos ilícitos se sigan divulgando. Las
responsabilidades que pueden derivar del incumplimiento de estas normas no son
sólo de orden administrativo, sino de tipo civil y penal, según los bienes
jurídicos afectados y las normas que resulten aplicables»).

(10) Ref.
Montanelli, Indro, Historia de los griegos, Planeta, Barcelona, 2009, p.
236.

(11) Así,
López Ortega escribe que la generalización del uso de Internet, su fácil acceso
y la progresiva utilización por los menores de este sistema de comunicación ha
generado una preocupación creciente por los contenidos. No es posible ignorar
que algunas informaciones que se difunden a través de la red pueden ser
perjudiciales o criminales, ya que, en último término, todos los delitos que
pueden ser cometidos a través de un medio de comunicación pueden ser realizados
a través de Internet. La pornografía infantil, los atentados contra el honor y
la provocación al odio y a la violencia racial son hechos que nuestro
ordenamiento sanciona penalmente y que, lógicamente, pueden encontrar en la red
nuevas vías para su realización, si no existe un adecuado sistema de
responsabilidad (vid. López Ortega, Juan José, «Libertad de expresión y
responsabilidad por los contenidos en Internet», Cuadernos de Derecho
Judicial
, núm. 10, 2001, p. 84).

(12) Como
ventajas de las redes sociales se pueden citar las posibilidades de reencuentro
con conocidos. Con la oportunidad de integrarse a través de flashmobs
(reuniones breves en línea con fines lúdicos y de entretenimiento con el
propósito de movilizar a miles de personas). Excelentes para propiciar
contactos afectivos nuevos como: búsqueda de pareja, amistad o compartir
intereses sin fines de lucro. Se posibilita el poder compartir momentos
especiales con las personas cercanas a nuestras vidas. En un mundo global se
diluyen fronteras geográficas y sirven para conectar gente sin importar la
distancia. Perfectas para establecer conexiones con el mundo profesional. Se
facilita la posibilidad de tener información actualizada acerca de temas de
interés, además permiten acudir a eventos, participar en actos y conferencias.
La comunicación puede ser en tiempo real. Pueden generar movimientos masivos de
solidaridad ante una situación de crisis, y de concienciación social ante
determinadas situaciones de desamparo. Generan la posibilidad de enriquecerse
admitiendo nuevos miembros y de contactar con personas con similares aficiones
o tendencias personales.

(13) Satirizado
tanto por la biología moderna (Lorenz, Malinownski, etc.) como por la
literatura baste recordar El señor de las moscas (Lord of the flies),
la célebre novela de William Holding que se centra en desmontar este mito, de
modo semejante a Cervantes, que escribió el Quijote para caricaturizar los
libros de caballería del Medioevo.

(14) Vid.
Sarhan Assy, Elías/Bernstein, Albert J., Vampiros emocionales (tr. y
dir. Bernstein, Albert J.), Editorial Edaf, 1.ª ed., 2001, 304 pp.

(15) Las
personas con un trastorno histriónico de la personalidad (THP) se caracterizan
por una emocionalidad excesiva y gran tendencia a llamar la atención de los
demás por medio de una conducta llamativa y espectacular. Buscan constantemente
o exigen el elogio, apoyo y aprobación de los demás.

Artículo
publicado en el portal Jurídico Lex Nova