Ecuador y el TLC con Estados Unidos

Por: Carlos Vera Quintana

S IN QUE LA MAYORÍA DE LOS ECUATORIANOS de cualquier sector, y en especial el empresarial, asimile o entienda siquiera el concepto de las negociaciones internacionales mantenidas en OMC y ALCA, sus consecuencias y cómo enfrentar exitosamente las mismas, ya estamos ante un nuevo y mayor desafío que es la construcción de un Tratado de Libre Comercio, TLC, con Estados Unidos. El desafío es mayor por que no se inicia la negociación de un TLC para ver si se concreta dependiendo de la voluntad o conveniencia de múltiples actores sino que se acuerda iniciar la negociación, asumiendo que el TLC será una realidad y que estamos negociando únicamente sus condiciones.

El tratado de libre comercio

Dado un acuerdo inicial en que negociar un TLC implica que éste será una realidad, debemos entonces empezar a elaborar sobre los pasos para entrar al TLC, algunos de los cuales incluyen:

– Entender realmente lo que significa e implica un TLC. Qué queremos?, Cómo lo logramos?, Podemos lograrlo?, Quien es quien en las negociaciones?, Qué quiere el socio?, Cómo está dispuesto a lograrlo, Tenemos capacidad para negociar?.

– Fijar la fecha de inicio de las negociaciones previendo el tiempo necesario para prepararnos para negociar. No improvisar.

– Integrar y preparar un equipo de trabajo: negociador, soporte, consulta y participación, supervisión y control del avance y éxito de las negociaciones, preparación para la implementación con éxito del TLC.

– Entender al socio. Hay evidencias y experiencias suficientes que nos permitirán saber cómo trabaja, qué recursos dedicará a la negociación y sus prioridades. Estados Unidos trabaja con objetivos claros no tiene afectos ni preferencias que en el fondo no le beneficien. No hay almuerzo gratis. Los Estados Unidos son la mayor potencia mundial por que son los más preparados para aprovechar al máximo su potencial y las debilidades de los demás.

– Gestionar recursos suficientes para habilitar un equipo de trabajo exitoso, independiente y continuo. Es necesario y se justifica plenamente presupuestar con prioridad, aun con un préstamo internacional con este exclusivo fin, los recursos económicos requeridos. Los participantes del equipo deben justificar su presencia y el Estado asegurar su permanencia con un nivel de remuneraciones y recursos asignados para la negociación igual al de los negociadores del socio.

– Designar un responsable único, plenipotenciario que actúe con independencia y reglas claras que se le establezcan, bajo control y supervisión exclusiva del equipo de supervisión y control del avance y éxito de las negociaciones. Prepararse para reemplazarlo en caso necesario.

– Realizar ejercicios de consulta y participación que garanticen el compromiso nacional ante el TLC. Sustentar la competitividad empresarial y estatal con responsabilidad social.

– Delinear un plan nacional de preparación del País para el TLC. Aun un TLC muy bien negociado no será exitoso sino estamos preparados y el socio lo sabe, pudiendo otorgarnos preferencias donde sabe que no podemos aprovecharlas y exigirnos condiciones a cumplir donde sabe que no podemos. (Ley de bioterrorismo por ejemplo).

– Organizar un proceso de entendimiento del verdadero sentido de las negociaciones internacionales con la aplicación estricta que los países como Estados Unidos hacen en temas como propiedad intelectual como factor de competencia comercial, biotecnología, restricciones comerciales sustentadas en leyes antiterrorismo o anti narcotráfico y similares. Establecer en el marco del TLC claramente el tipo de medidas de protección o recursos extra TLC que pueden aplicarse, las condiciones para hacerlo y las medidas de reciprocidad reales que deberemos tomar en todos los casos como País. Facultar en el TLC al País para, por ejemplo, imponer medidas «recíprocas» del mismo nivel para una medida unilateral tomada por los Estados Unidos no tendrá ningún efecto real pues no tememos el peso específico suficiente para que esto sea efectivo.

Cómo alcanzar el éxito y obtener el máximo provecho del TLC

Para enfrentar con éxito el TLC, Ecuador debe asumir varias estrategias simultáneas y entender que el proceso no termina con la firma del TLC sino que empieza con él; y que no es el TLC en sí el objetivo, sino cómo somos exitosos y obtenemos el máximo provecho del mismo.

Una negociación exitosa exige un equipo experto con dedicación total, experiencia y garantía de continuidad. No pueden dedicarse esfuerzos parciales a través de funcionarios o actores que tengan como una más, de sus a menudo numerosas, absorbentes y complejas responsabilidades, el TLC.

Dos fases paralelas al proceso de construcción del TLC son la negociación del mismo (conocemos como negocia, exige y presiona el socio y los recursos que dedicará a asegurarse el éxito de la negociación) y la preparación para enfrentar el TLC con éxito (conocemos en la práctica como opera el socio, sus políticas, fortalezas y exigencias).

Estas fases son interdependientes y deben estar a cargo de distintos responsables.

Debe existir adicionalmente un esquema de supervisión y control que permita asegurar que las negociaciones mantienen los lineamientos originales, que se conserva el rumbo dispuesto, que no existen distorsiones, que se evoluciona en el proceso de negociación de acuerdo a la dinámica del mismo, que se están logrando los objetivos propuestos y que se avanza a ritmo adecuado tanto en la negociación como en la preparación para la implementación. Este proceso es igualmente independiente y deberá poder determinar las acciones de los negociadores.

La fase de negociación

El primer punto de partida en la negociación debe ser el reconocimiento mutuo de asimetrías y el objetivo común de ganar-ganar.
La fase de negociación se deberá iniciar con un proceso de reconocimiento completo y fundamentado de nuestra posición frente al socio lo que exige un proceso continuo que incluya:

– Uniformizar y fundamentar la información sobre la real situación nacional. No deben haber cifras aisladas, dispersas o distorsionadas de ningún sector.

– Análisis real sin maquillaje del impacto que tendrá el TLC, sin disfrazar impactos o minimizarlos para ocultar sus efectos o pensar ilusoriamente que el socio cambiará por nosotros sus políticas y objetivos. Estados Unidos como cualquiera lo haría (excepto nosotros?) está preparado para ganar.

– Establecimiento previo a nivel nacional de los objetivos, alcances y logros que debemos alcanzar en la negociación del TLC y en su implementación. Trabajar para lograr esas metas y objetivos con un fuerte y dedicado esfuerzo nacional con el liderazgo y ejemplo del Estado.

– Capacitarse permanentemente para la negociación inicial y para enfrentar la dinámica y evolución de la misma.

– No fijar límites de tiempo, sino basar la negociación en consecución de objetivos y procesos de negociación y preparación adecuados.

– Dotar de los recursos suficientes técnicos, económicos y humanos. No deben existir limitaciones de recursos, ni dedicar expertos «todistas» que enfrenten temas diversos. Aun en mesas de negociaciones puntuales deben existir varios negociadores y expertos de soporte. Si no existen los recursos suficientes, esto es lo primero que se debe negociar y obtener con el apoyo del socio o de terceros. Negociar con la posición inicial de desventaja que tenemos en recursos técnicos, humanos y económicos es entregarnos y empezar perdiendo. El segundo lugar es el primer perdedor. (Second place is first loser)

– Discriminar y priorizar los objetivos que queremos lograr del TLC. Discriminarlos por sector, impacto, nivel de preparación para alcanzarlos con éxito, posibilidades reales de lograrlos y competencia para enfrentarlos una vez logrados. Priorizarlos una vez discriminados y empezar la negociación por donde estemos más preparados y prepararnos en paralelo para lograr aquellos en los que tenemos deficiencias.

– Elaborar la estrategia nacional de negociación que incluirá la diferenciación entre el equipo negociador y el equipo de expertos en los sectores sobre los que se está negociando. (Si por ejemplo negociamos en el sector de Telecomunicaciones, no necesariamente un experto en el manejo exitoso del sector logrará obtener del socio lo que sabe que es necesario para el mismo. Esto es tarea de un negociador experto).

– No temer el análisis de cualquier posibilidad que nos ofrezca un mejor posicionamiento en la negociación (Un TLC con Chile?)

– No incluir la política en las negociaciones. El equipo negociador debe ser asignado en comisión de servicios sin dependencia de ningún tipo de ninguna oficina pública o privada. Seguro en la negociación del TLC aparecerán sectores dispuestos a sacrificar a otros para beneficiarse y no se puede permitir que en la negociación influya ningún interés particular.

– Determinar en un proceso transparente y público los sectores que queremos potenciar. Ecuador debe reconocer en qué sector está su futuro e imponerse un ritmo para garantizarse el éxito. Cuando nos maravillamos del éxito asiático no dejemos de observar que es fruto de una dedicación fuerte a potenciar un sector considerado estratégico. Cualquiera puede trabajar en lo que quiera, pero si trabaja en lo que se considera estratégico debe tener incentivos y el Estado debe garantizarle el apoyo para el éxito.

– Reconocer y establecer en el Ejecutivo el liderazgo exclusivo en el proceso de construir el TLC con un marco claro de responsabilidades y lineamientos a seguir.

– Reconocer que este no es un tema exclusivamente económico y pretender aislar a los sectores sociales, educativos, ecológicos, etc. El fracaso del TLC empieza con una política aislacionista.

La fase de preparación

Por otro lado, el TLC exige en su fase de preparación para enfrentarlo múltiples esfuerzos que se orienten a:

– Integrar un equipo de trabajo para preparar al País. Existen ya equipos para Competitividad, Conectividad, Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información, etc.

– La construcción de infraestructura para la producción. Potenciar sectores como telecomunicaciones y tecnología y procesos como la iniciativa para la integración de la infraestructura regional sudamericana, IIRSA.

– Favorecer concretamente la capacidad de agregar valor a los productos básicos y la exportación de productos con valor agregado.

– El mejoramiento del sector educativo y de capacitación para el ejercicio profesional y empresarial.

– La modernización del sector financiero que implica dedicación exclusiva a su negocio con total apertura internacional.

– La modernización y fortalecimiento institucional real del sector público y privado.

– El fortalecimiento de la transparencia.

– El fortalecimiento de los sectores nacionales más expuestos y sensibles.

– La evolución con garantía de estabilidad del sistema legal ecuatoriano. Para todos es preferible saber que tenemos un marco legal no tan favorable y aprovisionar para trabajar en estas condiciones 10 años, a lograr un marco legal completamente favorable que no sabemos cuando lo cambiarán, derogarán o modificarán. En el País se necesita saber con quien habla en cada tema.

– El desarrollo de políticas y responsabilidades nacionales para la inclusión en la Sociedad de la Información.

– La construcción de alianzas nacionales e internacionales estratégicas, empezando por una alianza básica con objetivos reales entre el sector público y privado.

El proceso de consulta y participción

El proceso de consulta y participación deberá incluir:

– Preparar al publico, a los consumidores, a los empresarios, a las instituciones del Estado para entender el TLC y nuestra posición en él. (Talk about)

– Preparar a los sectores para tener éxito en un TLC. (Train about)

– Proporcionar herramientas para el éxito de las negociaciones y del proceso. (Tools about)

– Empezar con la debida anticipación para estar preparados para negociar y tener éxito con el TLC. (Time about)

– Trabajar en conjunto, sincronizada, conversada y acordadamente. (Timing about)

– Pensar en ganar-ganar en Ecuador. No hacer de éste un proceso político, cuya aceptación o resultados sea una muestra de la aceptación del Gobierno o del rechazo al mismo. (Think about)

Parte de la negociación debe ser la asistencia del socio para prepararnos para el TLC y para convertirnos en un socio aportante que pueda proveerle beneficios en el TLC. El auto reconocimiento de esta necesidad es básico para el País y el Gobierno debe demostrar que liderará con suficiencia el proceso y la sociedad otorgarle la legitimidad para hacerlo visto que se sea un proceso participativo e inclusivo.

Conociendo las políticas del otro negociador, que son claras y permanentes, debemos reconocer los sectores más expuestos y sensibles ante éstas y las consecuencias e impactos de un TLC, que de la experiencia internacional (NAFTA es un ejemplo) obligará a un alto costo social, ocasionará o acelerará los procesos de destrucción de empleo, afectará negativamente al sector agrícola para exportación y consumo local e impactará agresivamente en el medio ambiente por las políticas industriales del socio. Uno de los principales esfuerzos entonces será prepararnos para enfrentar estos peligros.
Ecuador debe identificar sus reales ventajas competitivas (somos agrícolas o forestales?), estudiar la práctica y aplicación de políticas del otro negociador y analizar la historia de desarrollo de otros TLC para conocer que afecta su implementación y cómo potenciar lo positivo y reducir lo negativo.
La negociación del TLC exige estructurar de inmediato los diversos equipos, asignar los recursos necesarios sin restricciones o condicionamientos y empezar «asap» un agresivo proceso de preparación de los mismos que deberá incluir:

– Conocimiento exacto de la realidad nacional y del socio.

– Manejo experto de relaciones y negociaciones internacionales (debe aplicarse la experiencia de haber presidido el CNC del ALCA).

– Conocimiento del equipo negociador con definición de competencias y responsabilidades.

– Inducción para la negociación en base a los lineamientos y objetivos nacionales para maximizar los beneficios del mismo.

– Nivel experto de inglés o integración de un equipo traductor permanente para toda reunión por pequeña que sea.

– Asesoría internacional permanente de expertos en negociación de TLCs. Toda preparación y asesoría debe ser además permanente y no puntual, sin descartar por supuesto asesorías específicas en temas especializados.

En conclusión, estamos nuevamente frente a una oportunidad que no podemos darnos el lujo de perder o distraer por los mismos mezquinos y oportunistas intereses, la improvisación y falta de preparación que caracterizan en varios actos a la sociedad ecuatoriana.