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El perfil de un Juez

Dr. Bayardo Moreno Piedrahita

Según su etimología, Juez, se deriva del latín judex, judicis, que significa el que tiene autoridad o potestad para juzgar y sentenciar; y, juzgar, es administrar justicia y decidir mediante sentencia un asunto judicial; y, sentencia, es la decisión de un órgano judicial juez o tribunal, en una contienda legal.

Algunas clases de jueces

Así como existen algunas clases de jueces de derecho, tales como: a quo, ad quiem, de menores, de instrucción, de paz, de instancia, competente, lego, letrado, árbitro, avenidor, de alzada, de apelación, de hecho, delegado, de aguas, partidor, militar, de policía, etc.; encontramos también jueces en el deporte como el juez de línea, que es el auxiliar del árbitro; el de raya, aquél que falla sobre el resultado en una carrera de caballos. Se llama a Dios el supremo Juez; y, a la conciencia el juez natural de cada persona.

Quién nombra a un Juez

En los distintos países del mundo, nadie nace con la calidad de juez; y, en todas partes los nombra el Ejecutivo, el Legislativo, la propia Función Judicial; Tribunales Especiales; y, por elección popular en los Estados Federales como: Estados Unidos y México. Hoy en nuestro país, a los jueces de segunda y primera instancia, los nombran la Corte Suprema o las Cortes Superiores, respectivamente, a través de un concurso de merecimientos y oposición de títulos. Sin embargo algunos jueces de la última Corte Suprema de Justicia los designo en forma vitalicia, el Congreso Nacional. Es decir, sin exigir previamente su formación en una Escuela de Jueces.

Escuela Judicial

Por la falta de formación previa, la actuación del juzgador en nuestro País es muy disímil y abigarrada, con una heterogeneidad de criterios en la aplicación de la ley y desorden en la sustentación de los juicios, a causa de no haberse instituido la carrera judicial.
En el futuro, para unificar, dar mayor solvencia y respetabilidad a las decisiones judiciales, el nombramiento del juez debe tener como origen el título que le confiera la Universidad, a través de la Escuela de Jueces, con una especialización de postgrado, a fin de que el juzgador, también tenga la posibilidad de llegar mediante los ascensos hasta la presidencia de la Corte Suprema de Justicia, que sería su mayor aspiración.

Carrera Judicial

Es indudable que en la Escuela Judicial, el Juez se revestiría de la imparcialidad, aprendería la correcta aplicación de la ley, desapasionamiento, amor al trabajo y sabiduría que se necesita para ser justo, bajo la fiel observación de las reglas de la sana crítica y recordando que su obligación es dar a cada cual lo que es suyo, porque el arte de administrar justicia no necesita de dinero, sino de equidad. La experiencia le dará la carrera judicial.
Con ese perfil en un pueblo civilizado, el juez sería RESPETUOSO DE LOS DERECHOS DE SU PATRONO QUE ES EL MISMO PUEBLO y celoso observador de sus deberes en cumplimiento de la misión, alentada por una verdadera vocación y versación.

Valores éticos y probidad

La formación integérrima del juez, impedirá, que en la misión de juzgar, llegue a deslindarse ante la emoción o ante el temor a conmoverse por las lágrimas de los litigantes, o dejarse distraer por las esculturas atractivas del sexo, o doblegar por el peso del dinero.
Los valores éticos y la probidad del juez impedirán la práctica de una justicia sumisa al billete y a las influencias de los poderosos e impedirían alcanzar el equilibrio social porque juzgar es una misión divina que emplea como instrumento la ley humana pues además, si de algo requiere la justicia es la complementación con una dosis de serenidad, severidad y la ausencia de toda clase de elementos perturbadores.
El Conde D´Agueseau, ya sentenció: ¨Instruidos ministros de la justicia, sed atentos, vosotros que estáis destinados a juzgar la tierra¨.

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