Emigrantes sufren incumplimiento de convenios

Por: Fundación Hacia la Seguridad-Imperio de la Ley

D ESDE EL DOMINGO 3 DE AGOSTO de este año, España exige visa a los ecuatorianos y a otros ciudadanos del mundo, para el ingreso a ese país europeo. De esta manera, el país ibérico fue la última nación del Viejo Continente en acogerse al convenio de Schengen que se encarga de regular la emigración hacia los quince países de la Unión Europea. Pero más allá de esta medida, que en definitiva endurece la política migratoria, se han venido detectando ciertas violaciones al Derecho Internacional.

El presidente de la Fundación Hacia la Seguridad-Imperio de la Ley, Édgar Terán Terán, comentó que en las noticias de los últimos meses ha habido decenas de casos de ecuatorianos deportados desde España. Terán consideró en primer lugar que existe un flagrante irrespeto a los Convenios Internacionales cuando se deportan a los ciudadanos sin un juicio previo. «Uno de los convenios internacionales de mayor trascendencia que contiene la Declaración Universal de los Derechos del Hombre establece que nadie puede ser deportado si antes no se le da acceso a un juicio, si no se le proporciona abogado que le asista en sus Derechos. Además, ese convenio prohíbe, desde luego, que cualquier grupo humano pueda ser arrojado como un animal en el siguiente avión», comentó.

El artículo 13 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de los cuales son suscriptores todos los estados europeos y el Ecuador también, dice que «el extranjero que se halle legalmente en el territorio de un Estado solo podrá ser expulsado en cumplimiento de una decisión adoptada conforme a la Ley y a menos que razones imperiosas de Seguridad Nacional se opongan a ello, se permitirá a tal extranjero exponer las razones que lo asistan en contra de su expulsión. También se le permitirá someter su caso a revisión ante la autoridad competente o bien ante la persona o personas designadas especialmente por dicha autoridad competente y hacerse representar con tal fin ante ellas».

SE PERDIÓ DERECHOS CON ESPAÑA

De otro lado, según Edgar Terán, es triste que el Ecuador haya consentido que el tratado de doble nacionalidad, que se firmó entre los dos países en el año 64, y que otorgaba a los ecuatorianos el derecho de tener la nacionalidad española y a los españoles la nacionalidad ecuatoriana, se perdiera en la práctica. El derecho a la doble nacionalidad se ejercía con el solo hecho de ir al otro país, declarar la voluntad de ejercer ese derecho y desempeñar una actividad productiva. En base a ese tratado no había restricciones para el viajero ecuatoriano que llegaba a España.

Sin embargo, este derecho ya no está vigente debido a un mal manejo de la política internacional de la Cancillería, durante el Gobierno de Gustavo Noboa. Durante esa administración se firmaron unos convenios que no están publicados en el Registro Oficial pero que alteraron el tratado de doble nacionalidad «Esta es de las páginas diplomáticas más censurables que el Ecuador haya tenido», comentó Terán Terán.

La política migratoria es soberana de cada Estado de manera que Ecuador no puede revertirla. Sin embargo, es preocupante que esa política dura en contra de la masa emigrante ecuatoriana, conformada por trabajadores modestos (artesanos, domésticas, manuales) también se aplique a algunos trabajadores intelectuales, gente universitaria que no encuentra destino en el país y también se marcha. Un segundo aspecto, muy complicado para América Latina y específicamente para el Ecuador, es que el viajero de negocios o placer también sufre el cierre de la puerta de estos países. Ellos también son lesionados por esta política.

De acuerdo al presidente de HLS y ex canciller de la República, el problema surgió cuando reformaron el artículo octavo del Tratado de Doble Nacionalidad que decía que los ecuatorianos en España y los españoles en el Ecuador, que estuvieren acogidos a los beneficios que les concede este convenio continuarán disfrutando los derechos y ventajas que se otorgan en las legislaciones española y ecuatoriana, respectivamente.

En consecuencia, podrían especialmente viajar y residir en los territorios respectivos, establecerse donde quiera que lo juzguen conveniente para sus intereses, adquirir y poseer toda clase de muebles e inmuebles, ejercer todo género de industria, comercial tanto al por menor, como al por mayor, ejercer oficios y profesiones, gozando de la protección laboral y de seguridad social, y tener acceso a las autoridades de toda índole y a los Tribunales de Justicia, todo ello en las mismas condiciones que los nacionales.

Lamentablemente, el 28 de julio de 2000 se publicó el nuevo texto que difiere y dice, que «con sujeción a su Legislación y de conformidad con el Derecho Internacional una vez concedidos los permisos de residencia o de trabajo necesarios, cada parte otorgará a los nacionales de la otra facilidades para la realización de actividades lucrativas».

CANCILLERÍA DEBE NEGOCIAR

Ecuador debe iniciar negociaciones serias en materia de visado con todos los países del Convenio de Schengen. Nuestro país debe plantear acuerdos especiales sobre visas a la Unión Europea y ahí tiene que reconocerse un derecho elemental al turista, al hombre de negocios ecuatoriano, para que pueda viajar a esos países con tranquilidad. «No puede tratarse a todo ecuatoriano como un indeseable, es cuestión de dignidad nacional frente a esos países», comentó Terán.