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Métodos de investigación psicoanalítica

Dr. Fabián Mensías Pavón
CATEDRATICO UNIVESITARIO DE LA UCE
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1. Hipnosis.- La Hipnosis es un sueño provocado a base de la sugestión y que pasa por tres etapas a saber: Letargo, Catalepsia y Sonambulismo.
Letargo.- Constituye una fase entre el sueño y la vigilia.
Catalepsia.- Es un estado de sueño más profundo, el paciente puede adoptar actitudes que le sean sugeridas.
Sonambulismo.- Es una etapa más profunda, el sujeto puede sostener un diálogo inconsciente con el terapeuta y relata acontecimientos vividos con anterioridad, sin inhibiciones, lo que después es analizado.

2. Asociación Libre de Ideas.- A través de la asociación de ideas, el psicoanalista interpreta simbólicamente las palabras expresadas por el sujeto y lo convierte en estímulo con lo cual logra que el paciente recuerde problemas pasados que se encuentran en su inconsciente, con el fin de buscar una solución.
El analista tiene un papel pasivo, se sienta detrás del sofá, en un ambiente tranquilo para evitar distracción; no interrumpe y pregunta algo cuando el sujeto ha dejado de hablar. El analizado recuerda sus primeras experiencias infantiles, esto permitió a Freud comprender la estructura y desarrollo de la personalidad; observa que cada expresión verbal se asocia de algún modo significativo y dinámico con la anterior etapa, existiendo una cadena asociativa de principio a fin.

3. Análisis de los Sueños.- Es el resultado de la misma consigna de la asociación libre de ideas, en algún momento de divagación el paciente puede contar un sueño. Como resultado de los sueños de los pacientes y de sí mismo, Freud llegó a la conclusión teórica de que el sueño es la expresión de los contenidos más primitivos de la mente humana. A través de esta vía se llegará a descubrir la personalidad de un individuo.

4. Narcoanálisis.- Este método se utiliza para investigar un psicodiagnóstico y tratamiento. Consiste en la supresión de las inhibiciones cuando se introduce en el organismo un hipnótico euforizante, estimulante eje.: el pentotal sódico, urital, amital, etc. Con estas substancias se facilita las confidencias, surgen los recuerdos olvidados en los límites del sueño y se exteriorizan sentimientos reprimidos.
Desde el punto de vista de la Psicología Jurídica y la Medicina Legal, el narcoanálisis, como método de investigación criminal, no debe ser empleado en las peritaciones judiciales con fines de diagnóstico, ni con fines de información, ya que este método constituye un atentado a la integridad psíquica, que priva al imputado del control de su voluntad: es, además, contrario a los derechos legales de la defensa. Asimismo el Perito no podrá practicar un narcoanálisis, aún si el imputado y sus consultores jurídicos eventualmente consientan ello, o aunque el Juez lo solicite.

5. Actos Fallidos.- Freud hace referencia a las frustraciones que el individuo ha tenido durante toda la vida, los mitos, las cosas que le hubiera gustado hacer de adulto. En este contexto hace un detenido análisis de la personalidad del paciente y de acuerdo a esto se determina su conducta y sus frustraciones.

MECANISMOS DE DEFENSA DEL YO

El ello, super yo y el yo, se hallan en estado de equilibrio unos con otros. Su interacción es dinámica y las energías que entran en juego permite retener la espontaneidad del ello, la moral del super yo y la racionalidad del yo. Sin embargo, cuando no existe este equilibrio, surge ansiedad en el individuo. Para aliviar la ansiedad, el yo pone en marcha una o más defensas.

Estos mecanismos de defensa distorsionan la realidad para que el individuo pueda relacionarse con ella más fácilmente. Son inconscientes, está completamente convencido de que su punto de vista es correcto. Todos caemos algunas veces en estas defensas; llegan a ser patológicas sólo cuando toman una forma grave. Así tenemos:

1. Desplazamiento.– Este mecanismo consiste en trasladar el afecto o la emoción de una idea a otro objeto o persona. Es lo que ocurre cuando reprime el deseo de gritar a su jefe, cuando llega a la casa grita al primer miembro de la familia que aparece.

2. Sublimación.- El sujeto desvía la finalidad inmediata inaceptable y la encausa hacia otra nueva que generalmente tiene valores sublimes. Este mecanismo transforma un impulso instintivo en algo socialmente valioso y aceptable.

3. Represión.- Es un proceso activo cuya misión es rechazar fuera de la conciencia una situación o parte de ella que resulta inaceptable para el sujeto. Así, una mujer violada reprime sus vivencias traumatizantes.

4. Regresión.- Es el retorno del comportamiento hacia un modo antiguo de satisfacción. Puede observarse este mecanismo en un matrimonio: en la primera disputa, un recién casado vuelve a la casa de su madre.

5. Proyección.- Implica expulsar fuera de sí y situar en los otros cualidades, sentimientos o deseos que la censura moral repudia en uno mismo. Es un mecanismo básico de las personalidades paranoicas.

6. Formación Reactiva.- Este mecanismo provoca formas de conducta que protegen algún aspecto de la personalidad recurriendo con frecuencia a actos disfrazados. Así, alguien que protesta contra los libros de educación sexual, porque cree que puede pervertir la moral de los niños. Mientras se encuentre en este grupo de intento de censura. Sin embargo, éste sujeto es detenido por abusos deshonestos con una niña.

7. Racionalización.- Consiste en la búsqueda de argumentos o razones que justifiquen una conducta de la que el sujeto se reprocha íntimamente.

8. Negación.- Es pasar de inadvertida la presencia en el ámbito externo de cosas, personas o hechos que provocarían ansiedad por estar conectadas inconscientemente a pulsaciones egoístas o que representan la posibilidad de castigo inminente.

9. La Fijación.- Es un mecanismo de defensa que consiste en estancarse en una etapa de desarrollo que puede darse por la privación o el exceso.

DESARROLLO PSICOSEXUAL

Según Freud, la personalidad se desarrolla en una secuencia de cinco etapas que se inician en la infancia. Cuatro de éstas reciben su nombre por las partes del cuerpo (zonas erógenas). Freud hace hincapié, en que la maduración de la personalidad está determinada por las tres primeras etapas. Lo fundamental de su teoría es el concepto de la sexualidad infantil; el instinto sexual humano no aparece de repente en la pubertad, sino que está presente desde el nacimiento.

1. La Etapa Oral.- Se inicia desde el nacimiento hasta 12-18 meses; la zona erógena es la boca, a través de la cual el niño consigue placer con la comida, chupando y mordiendo; esto determina la maduración del yo. Cuando se presentan prohibiciones para que el niño realice estos actos, se le está preparando para futuros trastornos de la personalidad.
Para calificar de sexual a las sensaciones orales nos basamos, por un lado, en la teoría psicosexual y, por otro, en la observación de los niños que después de chuparse los dedos o de lactar se duermen satisfechos, con una expresión similar a la del hombre después del coito.
Una persona con fijación en la etapa oral puede volverse, en su edad madura, tan crédulo en lo que le dicen, que será una sujeto dependiente, caerá en desviaciones como el alcoholismo, tabaquismo y la onicofagía, o en delitos como injurias, calumnias o difamación.

2. La Etapa Anal.- Se inicia de los 12-18 meses hasta los tres años. La libido se extiende a la región anal. Por sus funciones y situación, la zona anal se presta a permitir que la sexualidad se apoye en las excreciones.
Los niños encuentran sexualmente gratificante el acto de retener o expulsar las heces. El entrenamiento de hábitos de limpieza es importante. El niño que es entrenado de manera demasiado estricta llega a ser obsesivamente limpio, cruel, destructivo, obstinado y avaro.
Por el contrario, el individuo fijado en la fase anal es el delincuente contra la propiedad. Así como retiene el excremento, desea bienes materiales. El usurero, el ladrón, el defraudador, son tipos anales. Se explica cómo el ladrón gasta fácilmente lo que obtuvo fácilmente, con el mismo placer del niño al defecar.

3. Etapa Fálica.- Esta etapa va de 3 a 6 años. La zona erógena dominante es el pene en el hombre y el clítoris en la mujer. En el niño puede producir la masturbación; en las niñas acontece con menor grado.
Los sujetos fálicos pueden ser los que cometen delitos sexuales del tipo violación, estupro, y el tan temido incesto, ya que no utilizan el pene para su función reproductiva, sino simplemente placentera.

El Complejo de Edipo. El niño prodiga amor y afecto a su madre compitiendo con su padre por ella. Inconscientemente, el niño quiere ocupar el lugar del padre, pero advierte el poder de él, lo teme. Como el niño ha observado que las niñas no tienen pene, concluye que alguien se lo debe haber cortado y teme que su padre enfadado por su intento de usurpación, haga lo mismo con él. Así aparece el complejo de castración. Con este temor, reprime sus impulsos sexuales hacia su madre, deja de rivalizar con su padre y comienza a identificarse con él.
Esta fase debe ser superada, de lo contrario el sujeto desarrollará una serie de anomalías, su personalidad estará mal estructurada y podrá llegar al crimen, en ocasiones por sentimiento de culpa.

El Complejo de Electra.- La niña se enamora del padre, es ambivalente hacia su madre y la teme porque cree que le corto el pene que, a su parecer, ella y otras niñas tenían y sospecha cosas aún peores debido a la rivalidad por el afecto hacia el padre. Reprime sus sentimientos ambivalentes y al final se identifica con su madre.

4. Etapa de Latencia.- Va de los 6 a 9 años. Es un período de relativa calma sexual. Los niños y niñas tienden a evitar el sexo opuesto pero no son asexuales, existe un cierto interés por la masturbación y la bromas orientadas hacia el sexo.

5. La etapa Genital.- Al llegar la adolescencia, renace el interés por los órganos sexuales y se busca ya propiamente la copulación genital. Al encontrar pareja se pierde el miedo a la castración en el hombre y la mujer «descubre» el placer vaginal, resolviendo así su complejo de castración.

APLICACION DEL PSICOANALISIS AL CAMPO JURIDICO

El Psicoanálisis ofrece importantes aportes en un proceso de defensa. El Juez de instrucción puede muy bien utilizar los aportes que le proporcionan las investigaciones del Psicoanálisis para tratar de esclarecer los móviles oscuros de un crimen y el determinismo de ciertas respuestas o de ciertos actos de un acusado o de un testigo.
Los instintos, thánatos y eros, están también en discusión, pero es innegable la aportación freudiana de la teoría de la destructividad innata del hombre. Actualmente se sabe que el ser humano tiene, al igual que los animales, una fuerza interior que lo lleva a atacar; es la agresividad, fuerza psicológica al servicio del instinto de conservación.
Esta fuerza puede superar a los inhibidores y convertirse en agresión produciendo conducta antisocial.

Concepción del Delito.- Según el Psicoanálisis el sentimiento de culpa se determina en la edad de 4 a 6 años. La rivalidad del niño hacia su padre y de la niña hacia su madre, involucra un sentimiento de culpa. Podrían estar satisfechos con el deseo de que uno de los progenitores muriera. Posiblemente con esto se solucionaría a los 6 años, pero cuando prevalece por toda la vida, de acuerdo a la teoría psicoanalítica ésta sería origen del delito, ya que el sujeto, en el afán de purgar una pena, llega a transgredir la ley, busca a ser encarcelado y de esta manera el sentimiento de culpa desaparece.
Partiendo de esta hipótesis, el criminal por sentimiento de culpa, delinque para ser castigado. Theodor Reik su más íntimo colaborador, sostiene que este deseo de ser castigado, dependiente del sentimiento de culpa inconsciente, induce al criminal a actuar de manera que la autoridad investigadora lo pueda descubrir y por lo tanto castigar.
Si el criminal tiene el deseo inconsciente de ser castigado, es evidente que la pena tal como es actualmente concebida no puede servir como prevención para el criminal ya que lejos de evitarlo lo favorece. El problema consiste en encontrar penas que vayan dirigidas no solamente al consciente, sino que pudieran controlar, en alguna forma, al inconsciente.

CLASIFICACION DE LA DELINCUENCIA SEGUN EL PSICOANALISIS

Alexander y Staub clasifican las conductas criminales, en criminalidad crónica y criminalidad aguda o accidental.

1. Criminalidad Crónica.- Los delincuentes criminales con super yo criminal, no están adaptados a la sociedad, ya que éstos tienen una moral propia, única y distinta a la de los demás hombres, que les impulsa a cometer infracciones. En este grupo encontramos también al criminal genuino con desadaptación innata que le impide sujetarse a norma alguna; este sujeto carece de super yo. Sería el delincuente nato de Lombroso y Ferri.

2. Criminalidad Aguda o Accidental: En este grupo analizaremos los siguientes delitos:

Delitos por Equivocación.- Son los típicos delitos culposos, que tienen una tendencia criminal inconsciente que llega a desbordarse. El yo rechaza por completo el acto ejecutado en estas circunstancias, en las que ha triunfado el ello, por inadvertencia del consciente.

Delitos de situación.- Son acciones ejecutadas en condiciones en que el choque afectivo del sujeto provoca una reacción criminal, situación que anula al super yo y permite la acción. Todo el mundo comprende y disculpa estas acciones. Ejemplo:

El Delincuente Político.- El Estado tiene para el adulto identificación análoga como la del padre para el hijo. El pánico ancestral ante la autoridad se proyecta en la imagen del Estado, que hace obligatoriamente abrigar un oculto deseo de venganza al ser humano. La raíz afectiva de cada delito político deberá ser buscada en la especial situación edipiana del autor.

Psicoanálisis del Suicida.- El suicidio es un acto de venganza y un autosadismo intenso del yo, el que realiza una acción agresiva de tal fuerza contra sí que procura destruirse. Se produce el suicidio a causa de la pérdida del objeto libidinoso de importancia vital (problemas económicos o afectivos) y ante la imposibilidad de recuperarlo, se produce una identificación del yo con el objeto perdido que lleva a tratar de anular el yo, igual que con el objeto desaparecido.
Freud, fue más lejos al formular la tesis de una criminalidad establecida en las profundidades del inconsciente y sugerir la hipótesis de que existe en la colectividad un inconsciente sentimiento de justicia que se revela cuando el delincuente no es adecuadamente reprimido.
Aunque no podemos compartir la afirmación de que el delito se halla dentro de la psique, tampoco podemos ignorar que esta corriente psicológica ha enriquecido el conocimiento de la conducta humana, aspecto que no es lógico desechar cuando se pretende llegar a una explicación integral de la criminalidad.