Dr. Boris Cornejo
Vicepresidente de la Fundación Esquel,
experto en temas de desarrollo, profesor universitario e investigador
Implementando el Nuevo Proceso Penal en Ecuador: Cambios y Retos – FONDO JUSTICIA Y SOCIEDAD
http://www.dplf.org/Ecuador

U NA INTRODUCCION QUE CREO QUE ES NECESARIO señalar es que en mi opinión quizá una de las reformas permanentemente postergadas en todo el proceso de Modernización del Estado y de la Sociedad en la región, ha sido precisamente el tema de la reforma judicial. Si se hace un análisis de las reformas de los últimos veinte o quizás treinta años va a encontrar que hay mucho desarrollo, mucho material teórico y empírico en otros campos, como son la salud, la educación, la infraestructura, etc., pero los avances no han tenido la misma fuerza cuando uno se refiere al ámbito de la justicia y eso es bastante preocupante porque hoy en día conforme avanza ese proceso de modernización, conforme las sociedades se vinculan más entre sí, conforme los actores económicos, políticos y sociales traspasan o rebasan las fronteras y entran en un proceso de interrelación regional, mundial y global; obviamente el tema de la reforma judicial va a constituirse casi en un eje, casi en el centro del cual van a depender las otras reformas. Por eso es muy importante enfrentar el tema de la reforma judicial no solamente como una preocupación de quienes están en el campo de la jurisprudencia, no solo es un asunto de las cortes o de los abogados sino que es un asunto que compete a la sociedad en su conjunto.

Me ponía a pensar hoy cuando ustedes discutían el tema de la víctima, ese no es un tema de abogados, ese es un tema como dijo alguna de las personas aquí, es un tema que afecta y ofende a toda la sociedad. De allí que otros profesionales, que venimos de otras corrientes podamos hacer también unos aportes a este importante asunto.

¿Cuál es un primer señalamiento que hay que decir?

Yo creo que el tema de la reforma judicial es demasiado grande, tiene muchos desafíos como para que pueda quedar simplemente a la respuesta o a la iniciativa de grupos aislados, de ciudadanos bien intencionados o comprometidos, de organizaciones de la sociedad civil o de actores del ámbito de la justicia. Me parece que ese es un desafío de todo el país, de toda la región y, por lo tanto, la consecución de recursos para apoyar las reformas tiene como pre requisito una voluntad política de quienes dirigen los países para canalizar recursos nacionales e internacionales a que sostengan ese proceso.

De lo que conozco de otras realidades de la región, un proceso de reforma judicial toma muchos años y, por lo tanto, el esfuerzo es grande, y debe ser sostenido y, sobre todo, evaluado. No se puede pretender entonces entrar en un proceso de reforma haciendo cosas por aquí o cosas por allá, sino que hay que tomar el desafío en su conjunto, organizar una actividad que pueda concluir en el largo plazo.

Dada esa condición, ese requisito casi sine qua non de liderazgo político, de compromiso de la autoridad, déjenme decirles algunas cuestiones que pueden ser relevantes en cuanto al contexto en el cual se está dando la reforma judicial en América Latina, contexto vinculado a la consecución de recursos para financiarla, que es el tema específico que se me ha pedido que trate en esta reunión.

La primera cosa, y son datos que son conocidos por mucha gente, es que en los últimos diez años ha habido un proceso paulatino de reducción de recursos de la cooperación internacional para América Latina, estoy hablando de recursos en general para todo lo que es atender los desafíos de la pobreza, la injusticia, la iniquidad, la falta de infraestructura, la modernización, etc., y eso tiene algunas razones, que también son por todos conocidas. En primer lugar la percepción de que los problemas de la región no son estrictamente de falta de dinero, hay abundancia de dinero, lo que faltan son los sistemas políticos que distribuyan e inviertan bien ese dinero. Esa percepción también la tienen los donantes internacionales y, por lo tanto, la pregunta que se hacen es porqué debo yo dar mis recursos a una sociedad o a una región que tiene los recursos, pero que por problemas de organización social, política o lo que fuese, no los utilizan adecuadamente. Entonces eso de hecho ha ocasionado una disminución de estos recursos.

Segundo y esto es opinión de los donantes, llámense organismos, países, agencias, fundaciones, etc., hay una suerte de agotamiento, o sea muchos años de estar cooperando con la región y no tener resultados visibles a nivel del conjunto, puede ser que hayan resultados visibles sectorialmente o en algún determinado país, pero en general la visión es ésa; entonces hay un agotamiento. De nuevo la pregunta es por qué debo seguir invirtiendo si no se están logrando los resultados que se prometieron, cuando se contrataron esos recursos.

Tercero, hay un redireccionamiento de la ayuda, o sea los nuevos desafíos que tiene la cooperación ya no están en América Latina, están en África donde los casos de pobreza son realmente extremos, están en Europa Central y en Europa Oriental donde hay que apoyar el fortalecimiento de las democracias en esas sociedades y también los cambios de los sistemas políticos que tenían allí, entonces eso también distrae o quita recursos a la región.

Ayuda condicionada

Luego hay una tendencia que también hay que tomarla en cuenta, que cada vez que llega ayuda a nuestros países, no llega sola, normalmente casi siempre llega con alguna forma de condicionamiento. Una tendencia adicional es que los cooperantes están prefiriendo apoyar reformas que den resultados en el corto plazo.

Como ustedes saben el tema de la reforma judicial no es un tema que hay que esperar resultados de aquí a la próxima cosecha, como puede ser el caso de los proyectos de generación de ingresos, o productivos o de pobreza en general, que son factibles de evaluar en tiempo más bien cortos. En definitiva hay una creciente competencia por los recursos de la cooperación internacional, especialmente para temáticas vinculadas a reformas como la judicial.

Analizados brevemente, algunos de los elementos del contexto financiero, consideremos, a continuación.

¿Cuáles son las posibles fuentes que pueden apoyar con importantes recursos la reforma de la justicia?

En primer lugar, están los organismos multilaterales y no por que les interese arbitrariamente apoyar este sector, sino porque es parte de las estrategias que se han logrado a nivel internacional, como por ejemplo entre los organismos que se constituyen el llamado consenso de Washington, para apoyar las reformas del estado, la modernización con patrones que, en lo posible, sean parecidos o similares y que hagan posible la administración de una justicia internacional.

Entonces existen dotaciones de recursos, por ejemplo en el Banco Mundial, en el Banco Interamericano de Desarrollo y en algunos organismos regionales para apoyar este tipo de emprendimientos. Existen sus condiciones y hay experiencias buenas y malas. Creo que todos los países de la región han transitado por algunos de esos programas y proyectos y no son recursos que estén definitivamente agotados. La voluntad en los organismos multilaterales y el mandato existe, lo que hace falta es que se produzca la conexión con la voluntad política del país, del gobierno, para decir en la agenda de mi país el Ecuador, el Perú, Guatemala o cual fuese, es prioritario el tema de la reforma judicial, tan prioritario como las carreteras, la central hidroeléctrica o lo que fuese y si eso uno pone en la agenda ese tipo de temas es una señal política muy importante que sin dudas hará menos difícil el camino para conseguir esos recursos.

Igualmente hay mucho interés en los organismos bilaterales, hay todo el interés en lo que es gobiernos, quizá una noticia que es buena para el Ecuador, y por lo que esperaba encontrar más gente de nuestro país en este evento, es la reciente negociación que el gobierno ha hecho con los acreedores agrupados en el Club de París, que son gobiernos. Ahí hay dos tipos de deudas, una que es la deuda oficial que se la conoce como ayuda para el desarrollo; otra que es la deuda comercial, que presta un país a otro. Por ejemplo, el Ecuador ha llegado recientemente a acuerdos preliminares para emprender operaciones de canje de deuda por desarrollo social en el Club de París; de nuevo insisto si es que el Ecuador decide poner en su agenda de negociación de la deuda con algunos de los países miembros una indicación del tema de la reforma de justicia es altamente prioritario, entonces es probable que esos países tendrán un pedido, un mandato, una demanda del gobierno de su deudor y entiendo que a ellos les interesará mucho que exista un sistema de justicia adecuado, con unas garantías de un debido proceso en los temas que ustedes están manejando en esta reunión, que garantizan también sus derechos e inversiones. Yo creo que esa es una opción que está ahora y hay que manejarla con celeridad.

Pasando a otro tema más puntual, relativo a la forma como deben elaborarse las propuestas de financiamiento.

¿ Qué es lo que normalmente un donante o un proveedor de recursos espera encontrar cuando analiza una solicitud de financiamiento ?

Primero, entender de que se trata, que exista claridad en los objetivos, en los propósitos, contestar a las preguntas de para que se esta haciendo esta reforma, en que plazos, con que contenidos, con que garantías se van a cumplir las promesas que en una solicitud o en uno de esos planteamientos a veces se hace. Esto es un tema que es bastante crítico a la hora de una negociación, porque la palabra clave que esta atrás de todo esto es, cuál es la credibilidad que tenemos como gobiernos, sociedades, o como sistema judicial, para que nos crean o para demostrar efectivamente que lo que decimos vamos a hacer, lo vamos a concretar; y para esto hace falta tener propuestas, documentos, planes, proyectos, actividades, cronogramas, presupuestos etc., que es una materia más aburrida, más técnica, pero que es parte de la tarea, del esfuerzo para convencer al donante.

Finalmente déjenme decirles que la tarea de la reforma judicial es demasiado grande, pero eso no debe paralizar la acción ni amedrentar los espíritus. Es una de esas tareas nacionales que mientras más pronto la comencemos será mucho mejor. En alguna ocasión algún colega de ustedes, experto judicial, me contaba que la reforma judicial en Chile tomó algo así como veinte años, y me dijo además, sí es que si mi memoria no falla, que costó algo así como cincuenta millones de dólares. Entonces, si es una tarea de veinte años y cincuenta millones de dólares a cualquiera le asusta, pero cuando se piensa en el impacto y el costo que tiene no hacer la reforma judicial y sus implicaciones en términos de desarrollo, hablando de niñas y niños, mujeres, indígenas, medio ambiente, y en general en todos los temas de la sociedad, sin meterme en los temas estrictos de la justicia, el impacto de la no reforma judicial va a ser seguramente mucho más caro que los cincuenta millones o frustrará para siempre la posibilidad de desarrollo de nuestros países.