Soberanía poder independiente

Dr. Jorge W. German R.

C ONSIEDRADA LA SOBERANÍA EN LAS RELACIONES Internacionales, Aparece como poder independiente. Ningún país admite actualmente, señores lectores, que sus actos soberanos sean controlados ni limitados por ningún otro Estado. En la esfera interna, de cada Estado, la soberanía es el mandato sin apelación, en la última instancia.

Análisis histórico

El romano nunca se planteó la justificación racional de la soberanía. El hombre primitivo tampoco pensó en eso. Cuando los antiguos peruanos decían que el Inca era hijo del Sol, no eran antecesores de San Pablo en declarar que ¨ toda potestad viene de Dios ¨. La religiosidad antigua en ciertos aspectos, eran recurso de utilidad social instintiva.
Bergson decía, con sabiduría, que la religión primitiva es la reacción del instinto social contra el poder disolvente de la inteligencia.
El inca se decía hijo del sol; el legislador antiguo establecía que el Código de Manú y de Hamurabí era divino, para imponerse e imponerlos al respeto general.
Los Teólogos de la edad media tienen la gloria de haber planteado la discusión filosófica respecto al fundamento del derecho de mandar y hacer obedecer. ¿ Por qué un hombre que hace unos momentos era como todos los demás, por el hecho de ocupar una jerarquía elevada, rey, presidente, tiene la facultad de mandar y hacerse obedecer ?.
La manera como Santo Tomás de Aquino quiso resolver el asunto, es bastante liberal. El poder en sí como facultad de mandar, viene de Dios. Pero la facultad práctica de ejercer el mando está en la multitud, en aquel que representa a la multitud.
Las teorías políticas de la edad media no fueron, pues, absolutistas como ordinariamente se cree. Santo Tomas es, sin duda, el representante máximo del pensamiento filosófico de la edad media.
En cambio, el absolutismo inglés del siglo XVI sostuvo terminantemente que el príncipe recibía de Dios de un modo directo e inmediato facultad de mandar a los demás hombres, y, que por consiguiente, nadie podía impedir cuentas al Príncipe del modo como ejercía su derecho a mandar y gobernar. El príncipe tiene la facultad de castigar aún con pena capital.
Sólo Dios puede otorgar semejante poder a un hombre.
Para oponerse al absolutismo, el Jesuita Suárez sostuvo que en la multitud organizada residía la autoridad por concesión de Dios. La multitud entrega su autoridad al soberano o príncipe.
Se desposee la multitud de todo su poder para conferirlo al Gobernante. Pero, en caso de tiranía, la multitud puede pedir cuentas al príncipe de sus actos. T, según el padre Mariano, quien quiera tiene derecho aún a matar al tirano. Los teólogos españoles tuvieron ideas bastante democráticas. Un hombre no tiene mando sobre otros hombres sino como cesionario del poder de la multitud organizada, quien recupera su autoridad originaria en caso de tiranía.
El Papa León XIII en la Encíclica Diuturnum, afirma que la multitud no confiere al jefe o representante ningún poder, lo único que la multitud puede hacer es designar las personas que ejercerán el poder, conferido directamente por Dios al gobernante. Es la negación franca de la doctrina de Santo Tomás y Suárez.
Las teorías del derecho divino del poder, merecen respeto, por profundas y serias. Pero, pertenecen a la fe y no a la ciencia. Nada podemos afirmar respecto a ellas desde el punto de vista de la ciencias positiva y aún de la razón. ‘Los hombres no son rebaños para que uno mande a otros. Sólo Dios es superior al hombre autor del orden universal, y sólo él puede conferir directa o indirectamente el derecho de mandar. Por tanto, él lo confiere. La conclusión como es notorio, escapa a la razón y a la ciencia.

Pensamiento científico

Más científica es la posición de Juan Jacobo Rousseau. Ahora preocupa a la humanidad el problema del trabajo y del proletariado. Pero hubo un tiempo en que lo fundamental fue la organización política de la humanidad. Rousseau es el más grande pensador de esa época política y su nombre sonó tanto como el de Marx en su época.
Lo interesante en Rousseau no es tanto su sistema global como las formidables sugerencias que lanza en cada página. Todo en Rousseau fue hondura pasión, emoción. por eso influyó en forma incontrastable.
Quienes ven en Rousseau al padre del Jacobismo o de Cerismo, no han entendido sus sugerencias, sus sutilezas penetrantes.

El cuerpo político

El estado de naturaleza, en que el hombre vivía igual y libre, no podía continuar por la falta de seguridad, Con él crecen las complejidades, era preciso buscar un régimen que asegurase la libertad y la igualdad. Esta búsqueda dio ocasión para que surgiera el cuerpo político, por medio del pacto social, en el cual cada uno entrega su persona y todo su poder en cambio de la seguridad. Pero como todos hacen la misma entrega al cuerpo político, como todos anhelan el mismo resultado: seguridad para su libertad e igualdad, nadie en el mundo, se esclaviza y todos quedan más libres que antes.

Libertad e igualdad fundamental

Todos se entregan a todos, todos se reciben. El cuerpo político adquiere únicamente las facultades necesarias para asegurar a todos la libertad e igualdad fundamental: El poder reside en la voluntad general de síntesis, substrato, del afán, del instinto justiciero de todos. Sólo la voluntad general, así concebida. puede dar leyes generales. La voluntad general es infalible, busca siempre el bien. Por tanto, puede someter a su disciplina absoluta a todo individuo. Quien no acepta la orden de la voluntad general, , disuelve el cuerpo político. Van contra el pacto que celebró. Pero, el ejecutivo no es poder; es simple delegado de la voluntad general. Si viola el pacto social; si establece la tiranía, debe ser castigado por el pueblo. El pacto social no es, precisamente, un momento histórico de la humanidad. Es la interpretación de un anhelo implícito, táctico, latente en los hombres.

¿ Qué es una Constitución Política escrita sino un contrato entre el poder y el pueblo ?

Sentimos que obedecemos, en cambio, de la seguridad de nuestros derechos. Esto lo expresaban los fueros españoles en la Edad Media, la Magna Carta Inglesa, aún las constituciones otorgadas. Para Rousseau, la soberanía reside en la voluntad general. El ejecutivo no es soberano, es agente delegado. El pueblo entero tiene que conferir fuerza jurídica a las leyes como en la ciudad antigua.

Nación moderna

Rousseau da excesiva importancia, en el Estado, a la voluntad expresa o tácita de los individuos. Desconoce la autonomía, las funciones técnicas y autónomas de la administración, cree en la posibilidad de una gran nación moderna los plebiscitos de la ciudad antigua, cree en la infalibilidad de la voluntad general, que tiene mucho de abstracción. Pero como fue su hábito emitió sugerencias que, puestas en forma técnica e histórica, son las únicas que pueden explicarla soberanía, o mejor, la serie de manifestaciones del poder público. Cierto que Rousseau poetizaba, idealizaba, pero el impulso de realidades profundas que la ciencia ha ido descubriendo claramente. Hauriou al distinguir la soberanía nacional de gobierno y la soberanía de sujeción, se ha inspirado mucho, en las hondas sugerencias de Rousseau sobre la voluntad general, sobre los comicios y el sufragio, sobre el gobierno.
El mismo Duguit reproduce a Rousseau en sus conceptos sobre la ley, que siempre debe ser norma general.

La soberanía es un hecho histórico

Tiene manifestaciones varias. Es una serie de energías y fuerzas políticas y sociales que estallan, luchan entre sí, se equilibran.
Simplificando todo por lo positivo como Duguit o por la metafísica como León XIII, es desdeñar los hechos. Rousseau sugirió perspectivas interesantes. Hauriou ha realizado el esfuerzo sistematizado más realista. Eso es el problema del origen de la soberanía.