FALSIFICACIÓN TEÓRICA
La Asamblea Constitucional
Por: Dr. Luis Galarza Izquierdo
Profesor principal de la cátedra Derecho Constitucional
y PolÃtico Universidad Central del Ecuador
L A PARTIDOCRACIA que ha devenido en casta social, y por tanto, llena de prebendas y privilegios- en esta condición -, adultera la teorÃa constitucional de SoberanÃa Pueblo, por las falsificaciones de: «soberanÃa-Nación», «soberanÃa-Estado», o la neoliberal de «SoberanÃa Compartida». También la «Asamblea Constitucional» es una falsificación del concepto genuino de «Asamblea Nacional Constituyente», que apareció en 1991 cuando la sociedad colombiana vivÃa un caos y anarquÃa, con partidos polÃticos desbastados por el populismo y la corrupción -al nivel de narcotraficantes- mientras la oligarquÃa necesitaba distraer los problemas de gobernabilidad, como esta sucediendo en el Ecuador del 2005 con el inefable Palacio.
En 1978 entre otras cosas, se utilizó el referéndum militar para constitucionalizar, sin alternativa en ambos proyectos de Constitución la «Nueva» y las del «45 reformada»- la doctrina de seguridad nacional o «estatuto de la muerte»; 1986, utiliza León la consulta popular en el Ecuador, para distraer problemas de gobernabilidad, y pierde la tesis del voto de los independientes; en 1994 y 1995, Sixto utiliza la consulta popular para reflotar sus bajos niveles de credibilidad, pierde en la primera y reflota en la segunda, aprovechándose del éxito del Cenepa. En 1997 la Consulta Popular sirve a Fabián Alarcón entre otras cosas, para legitimar su Presidencia «Interina» de la República, un cargo inconstitucional a través de una «Asamblea Nacional», mutilando el concepto de «Constituyente» para engañar y que luego, en una trampa, se auto-define como Asamblea Nacional Constituyente pero con la aberración de poderes limitados, con el funcionamiento de los poderes constituidos, una verdadera locura jurÃdica de esta partidocracia desgraciada.
Una adulteración del concepto genuino
La opción entre Asamblea Nacional Constituyente, que por su naturaleza conceptual, tiene poderes ilimitados y supremos, pues proviene del concepto de SoberanÃa Pueblo -Art. 1, inciso segundo de la Constitución vigente: «La soberanÃa radica en el pueblo, cuya voluntad es la base de la autoridad…»- por tanto, si existe base constitucional, y la opción de «Asamblea Constitucional», que es un sofisma, sencillamente, porque esta última es falsa al ser una adulteración de concepto genuino, esgrimido tramposamente por la partidocracia, para que no cambie nada.
Al finalizar el año 2005, nos preguntamos:
¿Cuales son los actores principales de esta parodia de indignidad de la Consulta Popular?
La brutal oligarquÃa, predominante en la partidocracia, que domina el Congreso y los organismos de control polÃtico como el TSE -reestructurado para asaltar su control- que aún quedan en pie y no han sido cesados; el régimen de Palacio,» el conspirador a sueldo», «batido»- valga el término- sin pena ni gloria por los nefastos diputados del Congreso; la convergencia incestuosa de las izquierdas claudicantes, centros y derechas unidos en un solo bloque común: la casta de la partidocracia, que defiende sus privilegios como lo hace la fuerza pública, «espÃritu de cuerpo» lo llaman, cuando arrecia la corrupción en su mas alto grado.
La ilegalidad, corrupción, oligarquÃa y partidocracia han precipitado a la sociedad ecuatoriana a una guerra civil, que nadie lo quiere, pero que no se puede evitar en estas condiciones de crisis total, por toda la miseria relatada en esta investigación. donde hemos tratado que hablen los hechos, para reducir al máxima la subjetividad que se da en todo conocimiento.
No habrá consulta popular, no habrá Asamblea Nacional Constituyente; la «Asamblea Constitucional» es una falsificación teórica, habÃa dicho a los estudiantes de segundo nivel de pos-grado en Ciencias Internacionales de la Universidad Central del Ecuador, a pocos dÃas del 20 de abril, como hipótesis para el trabajo que debÃan entregar este fin de año, dado que los indicadores polÃticos del gobierno de Palacio: su golpe de Estado del 20 de abril del 2005 con la ayuda del Congreso y del «dueño del paÃs», la declaración de que un mandamás de la derecha oligárquica le salvó la vida en la CIESPAL, la debilidad de la «sociedad civil» una organización amorfa e indefinida ideológicamente con altos contenidos de anarquÃa, la propia debilidad del régimen de turno de Palacio, pues tuvo éxito en el ascenso al poder, pero era prisionero de la partidocracia que lo puso en el poder.
Por todo ello y más, el recurso tramposo de la consulta popular y la ANC, utilizados anteriormente por sus antecesores polÃticos: León, Sixto, Alarcón, era un recurso de distracción de los problemas fundamentales, de la supervivencia de su régimen controlado; es decir, un engaño colosal, un tongo de recreación de la pugna de poderes a los que nos tienen acostumbrados. Y asà ha sucedido, que luego de tanta falsedad, propaganda oficial por TV y mas alharacas, ya no habrá consulta popular, ni Asamblea Nacional Constituyente, por declaraciones propias del ministro de gobierno encargado, un independiente oportunista, gestado en la «sociedad civil», en los «movimientos sociales», en los «derechos humanos», trampolines estos para arribar al poder sin ideologÃa, muchas veces, salvo las honrosas excepciones.
Generales y Coroneles enancados en la Partidocracia.
Aunque no hay fundamentación en este libro -lo hicimos en otro «El Gran Salto Militar al Gobierno Civil»- la lógica del poder en el Ecuador, desde la década del setenta, con el aparecimiento del «enemigo interne subversivo» de la seguridad nacional, se conformó en base a la integración de tres poderes reales: los militares con el dominio de la fuerza, la oligarquÃa con el dominio total del capital, y la jerarquÃa católica, con el dominio de la conciencia.
Con el transcurso del tiempo, esta imbricación se ha transmutado, camuflada con una careta nueva, la Partidocracia, que se expresa, en los evidentes partidos y movimientos polÃticos registrados en el Tribunal Supremo Electoral -nada nuevo y muy conocido-, y soterradamente con los generales coroneles y oficiales de las altas cúpulas militares del Comando Conjunto, del COSENA…, que luego de una gloriosa carrera militar, varios de ellos «héroes vivos» -porque hay héroes muertos de Paquisha y del Cenepa- se han preparado previamente en la polÃtica, para luego entrar mecánicamente o sensacionalmente a la actividad polÃtica, ya sea como independientes, apolÃticos o militantes de los partidos, y en esa estrategia, van escalando posiciones como candidatos a las más altas representaciones populares, alcaldes, prefectos, diputados, vicepresidencias y presidencias de la república-, unas veces con éxito, otras no, y de esta manera se enancan en la partidocracia.
Una casta militar que se transmuta también en casta polÃtica- en este caso- llena de dobles privilegios, la que ofrece la milicia y la que ofrece la clase polÃtica, y en esta situación se conjugan sus intereses, en una especie de interpenetración de los contrarios como define la dialéctica, con la partidocracia: «Paco Moncayo y Ramiro González, responden a partidos afanados en la transformación hasta donde no afecte su cuasi-hegemonÃa del sistema polÃtico» (Comercio 10-XI-05). Valga esta cita ilustrativa de Carlos Vera RodrÃguez.
AsÃ, Frank Vargas Pazzos, José Gallardo, René Yandún…, para citar una muestra, son «generales polÃticos», y como tales, militantes de la partidocracia. La jerarquÃa católica de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, acaba de ofrecer espontáneamente «sin que nadie nos pida» -dijo el Obispo Ruiz- sus servicios ¿polÃticos? de mediación en el tongo de la pugna de poderes por la consulta popular entre el régimen de Palacio y el Congreso Nacional, pronunciándose un vocero religioso por la «Asamblea Constitucional», una tesis tramposa de la partidocracia, en tanto que otros, solo hablaron de la mediación.
En todo caso, los «notables», y las mediaciones siempre actúan en pro de las fracciones de clase del capital en pugna, de la oligarquÃa, aunque adopten posiciones filisteas de independencia y sobre las clases sociales y los partidos polÃticos. En el Consejo de Seguridad Nacional en otros tiempos, formaron parte de este «trÃpode de poder»: cúpula militar, oligarquÃa y jerarquÃa católica. De tal manera que los tentáculos de la partidocracia ecuatoriana se han ido extendiendo en el tiempo, y hay intereses comunes de identificación, cohesión, y defensa de espÃritu de cuerpo, de sus privilegios, donde también están las «izquierdas claudicantes» apuntalando el estatus quo, realmente para el realismo mágico en lo polÃtico.
De la naturaleza insólita: cordilleras, lagunas, cascadas, determinismo geográfico y composición del paisaje expuesto con lujo de detalles en la investigación, nace una cultura polÃtica sorprendente que se expresa en los hechos macondianos de la cesación de las Cortes Supremas de Justicia en los tiempos de Fébres Cordero, Gutiérrez…, inconstitucionalidades a granel, golpes de estado, dirimencias, dictaduras y hoy el caso sonado del «Notario Cabrera» que ha recorrido el mundo como un caso del realismo mágico, y que ha salpicado con basura a instituciones encargadas de la «seguridad interna» y la «seguridad externa» del Estado, conceptos con los que ciertos miembros de las altas cúpulas de la fuerza pública se han enriquecido ilÃcitamente en el Ecuador, ante el estupor de la ciudadanÃa. Pero, ¡de que seguridad nacional se habla en el Ecuador, si se hunden barcos en el mar territorial, si el territorio nacional se redujo a la mÃnima expresión, si aviones colombianos violan el espacio aéreo nacional y la prensa pública que «seis mil miembros de la fuerza pública» – el ministro de defensa cuando pide disculpas al pueblo acepta que solo son «tres mil»-, están implicados, varios con orden de prisión en el escándalo del chulco del notario Cabrera!.
Al respecto, valga esta información: «¿Peculado? SÃ, el cometido por los uniformados al haber dispuesto de los bienes «que estuvieren en su poder en virtud o en razón de su cargo, ya consista en abuso, en desfalco, disposición arbitraria o cualquier otra forma semejante»
¿Que bienes?
Los aviones de la Fuerza Aérea, las armas para asaltar la Notaria, etc. También se configuró el delito de robo, cuando unos militares se llevaron el dinero de la Notaria-banco». «El reemplazo del Libro Blanco de mi generalÃsimo JarrÃn, por el Libro de Contabilidad de Oficiales, suboficiales y de Tropa, es uno de los mayores giros estratégicos a nivel militar. Es el verdadero hito de las Fuerzas Armadas del paÃs. Porque convertir al soldado en inversionista camuflado es una genial estrategia de distracción al enemigo. La doctrina militar del futuro pasa por Ecuador. El favor se lo debemos a una generación de bravos comandantes y soldados que perdieron con honor la guerra contra el chulco, y morirán en el intento de recuperar la plata metida»
El Mito y la razón Republicana.
La alternativa era: «MonarquÃa Constitucional» -San MartÃn-, o «República Presidencialista» -BolÃvar- para los pueblos americanos liberados del yugo español. MonarquÃa Constitucional, considerando que dichos pueblos, recién transitaban del primitivismo colectivo a la colonia y por esa razón no tenÃan ninguna experiencia democrática, por lo que era menester para enfrentar la anarquÃa, la secesión y el caos, un prÃncipe europeo con mano dura, como paso previo a la constitución de la república. República Presidencial con «ejecutivo fuerte», como consecuencia de las luchas de independencia donde tanta sangre americana habÃa corrido por su liberación.
Han transcurrido 175 anos de una agitada vida republicana, un dramático y contradictorio constitucionalismo y aun no se constituye la racionalidad democrática por la pervivencia del caos y la anarquÃa reinantes, siendo el año 2005, la expresión mas alta de la debacle total de las instituciones y del estado de derecho. Por supuesto que la racionalidad republicana era la opción valida, pero también, la visión real de San MartÃn, tenÃa una gran carga de objetividad, todo lo cual queda explicito en el proceso investigativo.
¿Qué hacer en esta incertidumbre y desmoralización social?
Se ha considerado que el presidencialismo es el instrumento polÃtico idóneo de la oligarquÃa ecuatoriana para mantenerse indefinidamente en el poder;
– Que es menester cambiar la forma de gobierno republican, por un semi-presidencialismo o semi-parlamentarismo; sin embargo, visto la corrupción de los diputados, la descomposición de la partidocracia, la tesis se cae por su propio peso, entonces, consideramos, que una buena opción, entre otras, seria: un real equilibrio de poderes entre las funciones del Estado para racionalizar la República;
– Que las FF.AA. no entren en el juego de la libre competencia económica, cumplan sus funciones especificas dentro de la lógica de la subordinación al poder civil y pasen, quizá nuevamente, al control de un Congreso Nacional digno para evitar la concentración del poder en el «Ejecutivo Fuerte», siendo parte de la «unidad jurisdiccional»;
– Que la Función Legislativa recupere sus facultades intrÃnsecas perdidas por la concentración de poder en el «Ejecutivo Fuerte» o «Presidencialismo Reforzado», y
– Que para ser diputado se requiera tÃtulo terminal del tercer nivel universitario;
– Que la Función Judicial sea plenamente autónoma en la Administraci6n de Justicia con mayor presupuesto acorde a su desarrollo, igual que los otros poderes del Estado, para ordenar la Republica y rescatarla de la partidocracia.
El mito rompe la razón, por supuesto.
Los primitivos americanos, adoraban al sol y a su encarnación, el Inca-Dios, en un sistema de servidumbre vertical y cuando transitaron abruptamente del colectivismo primitivo a la servidumbre colonial, donde se constituye el mestizaje, incorporan al mito del «Hijo del Sol», el Dios del conquistador definido en Jesucristo Salvador y encarnado en el poderoso monarca español; de repente transitan al sistema republicano, y el conflicto entre el mito y la razón republicana, toma el camino del Presidente de la República que como Dios y el monarca lo pueden todo.
La razón republicana, en el Ecuador es un producto temprano de grandes mayorÃas primitivas, de pervivencia de colectivismos en sus inicios donde se constituyó el mestizaje, de siervos de la gleba que no tuvieron oportunidades de ejercer las libertades fundamentales, y de grandes mayorÃas mestizas e indÃgenas, que entran abruptamente en la liberación republicana y tomaron el camino de distraer la alta racionalidad republicana, por las practicas anárquicas, el shamanismo como reivindicación y negación de la razón del conquistador, en un juego sorprendente de conductas insólitas que ha caracterizado el constitucionalismo en el Ecuador, al que Leopoldo BenÃtez, lo calificara como «Drama y Paradoja». El año 2005 -motivo de los peores epÃtetos- es la manifestación mas cruel y patética de la descomposición de la racionalidad republicana, batida por la demencia polÃtica de la oligarquÃa que se reproduce con el voto popular alienado, la partidocracia que ha roto toda la débil institucionalidad democrática, el desquiciamiento social e institucional a través del «Notario Cabrera», muestra patética de la crisis de la fuerza publica y la brutal ambición neoliberal, y la locura jurÃdica de una y mil inconstitucionalidades en el Congreso Nacional que llevó a la «Pichi Corte»; y, hoy al «Pichi Tribunal Supremo Electoral» a sepultar el tongo de la Asamblea Nacional Constituyente, su trampa la «Asamblea Constitucional» y la Consulta Popular, todo ello venido al suelo por el poder omnÃmodo, indisputable, como el Dios Sol, el Dios español, el Dios oligarca.
AsÃ, la religión y el shamanismo se interaccionan para entrar en la conciencia del mestizaje ecuatoriano como mesianismo polÃtico, atribuyendo al Presidente de la República poderes supremos y mágicos que luego se traduce en frustración, defenestración, golpes de estado y rupturas permanentes del Estado de Derecho; república de papel, que no se ha consolidado aún como sistema de organización y racionalidad social a pesar de los 175 años de vida republicana.
Sin embargo de todo lo dicho, la Fe y Razón que aparecen en el horizonte lejano nos alienta en esta crisis social: Fe para apreciar el paraÃso geográfico en el que vivimos en el Ecuador -cuya capital Quito es una joya mundial de belleza y de arte; Razón para entender, que la República la debemos construir, con el aporte de lo mejor de nuestra rica cultura nacional, con lo mejor de ese impactante mestizaje admiración de antropólogos propios y extraños; con lo mejor de los hombres de la ciencia y la cultura, del trabajo creador,… para batir de esta forma lo peor con lo que se ha construido la anarquÃa oligárquica, la casta de la partidocracia, en toda la historia republicana.