Violencia Doméstica contra
el Varón

Autor: Dr. Giovani Criollo
Mayorga

Para
nadie es desconocido que la violencia intrafamiliar rompe con elementales
derechos humanos. Por ello se ha buscado construir un sistema normativo de
?protección? a través de la Constitución, y de varios instrumentos internacionales como
por ejemplo la Convención Belem Do Para, en los cuales el asunto de la
violencia intrafamiliar se lo ha tratado de forma particularmente sesgada, es
decir, siempre desde de la perspectiva de que el agresor es un varón, de que el
varón es un ?verdugo?. Aún más, esta idea ha ido reforzándose con infinidad de
campañas publicitarias en donde casi siempre se puede observar un ?macho?
agresor y una dama siendo víctima de violencia. Por manera que en la percepción
social y aun en la jurisdiccional la idea del culpable de la violencia está
prejuiciosamente construida, lo que implica que la violencia contra el varón no
sea tratada con la profundidad y rigor que amerita y que el problema de la
violencia sea visto desde una perspectiva que elimina por completo la
posibilidad de considerar las nuevas estructuraciones de las relaciones
sociales.

Por otra parte es importante indicar que aún
desde el punto de vista doctrinario, la cantidad de estudios serios sobre la
violencia doméstica en contra del varón es sumamente escasa y limitada lo que
impide comprender adecuadamente este fenómeno, pero ello en forma alguna
significa que no exista este tipo de violencia, por el contrario es un
indicativo de que este problema debe ser tratado de forma seria y que debemos
empezar a realizar investigaciones exhaustivas sobre este fenómeno.

Algunas estadísticas.

Un
importantísimo estudio de las AUTORAS investigadoras de la Universidad Autónoma
de México, Patricia Trujano, Aimé Edith Martínez y Samanta Inés Camacho[1],
consigna importantísimas y reveladoras estadísticas sobre el incremento de la
violencia contra el hombre, así tenemos que en 1997 el
1% de las es­posas maltrataba a sus maridos (Olamendi, 1997); en 1998 se incrementó al 2% (Corsi, 1997; 1998); en
2005, la cifra sube de 10% a 15% de varones golpeados.

?En España, en el año 2000 fueron
asesinados 44 hombres por sus esposas; 16 más en el 2002. En el 2005 la cifra
fue de quince. Pero si contamos a todos los varones muertos en el ámbito
familiar por cónyuge, excónyuge, novia, compañera sen­timental, hijo/a,
padre/madre, o pariente, tene­mos que suman 56, representando el 48.2% de la
cifra total, según el Ministerio del Interior, Anua­rio 2005. En el mismo año,
en Andalucía se regis­traron 2.600 casos de varones maltratados por sus mujeres
y la Fiscalía de Madrid, en el 2006, in­formó que se perpetraron sólo en esa
Comunidad 2.589 delitos de violencia cometidos por mujeres en contra de sus
parejas (Montero, 2007). En el resto de Europa, países como Francia, Alemania y
Noruega parecen tener las cifras más altas de violencia doméstica en contra de
los varones.

En
Estados Unidos existe más investigación al res­pecto: de acuerdo con cifras de
su Departamen­to de Justicia, cada año más de ochocientos mil varones son
víctimas del maltrato de sus muje­res. Datos de Washington apuntan que cada 37
segundos un hombre es herido por su compañera con pistolas, cuchillos u otros
objetos, además de ser frecuentes las lesiones por patadas, rasguños,
mordiscos, y jalones de cabello. Autores como Eloy Rodríguez (citado en Bernal,
2001) aseguran que en la actualidad, en Estados Unidos la cifra de muertes de
hombres por violencia domésti­ca es mayor que la de las mujeres. Ciertamente,
pensamos que los varones deben enfrentar aún mayores dificultades para obtener
credibilidad, de acuerdo con los testimonios que conocemos.?

Factores que invisibilizan
la violencia contra el varón.

La autora Alejandra Palacios Banchero
establece que los factores que inciden en la Invisibilización de la
violencia contra el hombre son los siguientes:

Los
estereotipos rígidos del varón con lo que se espera de él como ?macho? o el
temor a las burlas hacen que trate de esconder el problema. En ese ?esquema
social? de proveedor, jefe de familia y protector, una denuncia de agresión
significaría trastocar los roles establecidos, donde se supone que el varón es
el que ?lleva las pantalones? y en último de los casos el que maltrata es
el. Para muchos es inadmisible reconocer ante sí mismo y ante los demás la
caída de su superioridad. No denuncian porque el maltrato de sus esposas o
hijos es un duro golpe a su autoestima?.Hay sentimientos comunes en el hombre
maltratado: soledad, sufrimiento, vergüenza, pobre autoestima, culpa,
inhibición, propensión a la humillación o temor a tomar una decisión.

Por su parte los autores
Carol Fontena y Andres Gatica (La Violencia Doméstica hacia el Varón: factores
que inciden en el hombre agredido para no denunciar a su pareja) establecen
como factores los siguientes:

  • Ideología patriarcal y/o neomachismo
  • Ignorancia legal
  • Instituciones prejuiciadas con relación a la
    atención del varón.
  • Medios de comunicación (en menor grado)
  • Factores personales del varón
  • Tipo de
    conocimiento acerca de la Ley de violencia intrafamiliar:
    La
    mayoría de los varones plantea que la ley se creó para la mujer y por
    tanto ella es la única favorecida en violencia intrafamiliar. Se
    identifica además, que los varones desconocen los contenidos de la Ley.
    «…creo que hay una Ley que
    salió, pero no la conozco…la mujer es favorecida desde el punto de vista
    legal, si la mujer diera un par de coscachos no se iría presa… es la Ley
    de la mujer».
  • Papel de los medios
    de comunicación:
    La opinión casi unánime, es
    que los «medios de comunicación ya sea radio, televisión, diario u
    otros», no contemplan a los varones agredidos en sus estrategias de
    prevención de violencia intrafamiliar, argumentando que no se visualiza
    como un problema social este tipo de violencia. «porque si hubiera un porcentaje más alto, recién ahí se
    podría empezar a hacer campaña…no abordan a los hombres porque no creen
    que sufren…se cree que es siempre la mujer quien sufre, pero nunca se ha
    colocado en un spot publicitario al varón o en el mea culpa…»
  • Instituciones que
    atienden a varones agredidos:
    Se
    deduce de las opiniones vertidas la «falta de existencia de una
    institución exclusiva que los atienda por violencia intrafamiliar»,
    siendo mínimas las opiniones con relación a alguna institución. «…carabineros se ríen de uno…no
    conocemos ninguna institución…ninguna.»
  • Profesionales que
    deberían atender a los varones:
    Se
    mencionan a variados profesionales, pero cuando se menciona a la
    profesional Asistente Social mujer es cuestionada, ya que explícitan que
    tendría una postura feminista y un tanto prejuiciada para atender a los
    varones y que solo podría atender si estuviera bien capacitada, sin
    prejuicios. «…psicólogos,
    asistentes sociales, abogados, médicos, terapeuta familiar…debe ser un
    psicólogo que sepa harto, asistentes sociales que te vayan a ver a la casa
    que es verdad que la señora te pega y lo ideal es que sea un Asistente
    Social
    ? se refieren al profesional hombre- para que a uno lo entienda
    o una Asistente Social, pero ¡que cumpla su función!, un abogado y médico
    para constatar lesiones»

El patrón de violencia en
contra del varón.

Patricia Trujano, Aimé Edith Martínez y Samanta Inés
Camacho manifiestan a este respecto que ?Si nos detenemos a analizar el patrón
de violencia ejercido por las mujeres, las observaciones de los psicólogos
apuntan a que es similar cuando ellas son las víctimas, lo que puede llegar al
asesinato. Es decir, ellos también sufren violencia física, psi­cológica,
sexual, económica, social y objetal: al­gunas esposas maltratadoras se burlan
en privado o en público del marido, lo intimidan y humillan; lo aíslan de
familiares y amigos; le retienen el di­nero; lo amenazan con suicidarse o dañar
a sus hi­jos; le impiden trabajar o estudiar; lo chantajean con gritar pidiendo
ayuda a los vecinos, seguras de que les creerán a ellas; lo agreden físicamente
de propia mano o recurren a terceros (a través de familiares, amigos o amantes)
a quienes conven­cen de que el marido merece ser castigado (Del Ángel, 2003;
Monserrat, 2006).?

Dr.
Giovani Criollo Mayorga

[email protected]



[1] Patricia Trujano, Aimé Edith Martínez,
Samanta Inés Camacho. Varones víctimas de violencia doméstica: un estudio
exploratorio acerca de su percepción y aceptación. Universidad Nacional
Autónoma de México. Divers.:
Perspect. Psicol. / ISSN: 1794-9998 / Vol. 6 / No
2 / 2010 / pp. 339-354